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Abierto a la Iglesia santa 335 Últimamente iba a iniciar la fisonomía espiritual de Madre Verónica Briguglio. El P. Lázaro ha sido para nosotras una persona sabia y prudente, aten– to y disponible a nuestras necesidades, particularmente en el campo de la formac ión. Ha seguido con verdadero interés el camino espiritual del Instituto. Sabía disfrutar con nosotras, lo mismo que estar cerca en los momentos diffciles". Un alma franciscana: Madre Francisca Rubatto Mirabilis Deus in sanctis suis, nos decían los viejos predicadores en sus pláticas y sermones: ¡Qué admirable y maravilloso es Dios en sus san– tos!~«. Es así, y esra impresión embargaba el alma del P. Lázaro al dar remate a la pequeña biografía de una bella alma franciscana, la Madre Rubatro. "Al terminar mi trabajo -decía- doy gracias a Dios por haber tenido la oportunidad de haberme acercado a una fundador<~ de excep– cional ralla humana y espiritual, una mujer dotada de ánimo generoso, recto y leal, abierto a l bien y al amor, sensible al sufrimiento y a la humi– llación del prójimo; una mujer de fe, de coherencia serena y armónica, y al mismo tiempo de un dinamismo arrollador, casi aventurero, con el aguijón de la caridad de Cristo que no tolera la inercia al que cree y atna"S·H. Una alma franciscana: éste fue el título sencillo -aparentemente tri– vial- que puso el experto biógrafo para trazar la semblanza de esta mujer, llamada Ana María Rubatto, luego, como "hermana" fundadora Madre Francesca Rubarto, nacida en tierras de Carmagnola (Torino) en 1844, y muerta mártir de caridad, aunque no de sangre, en Montevideo en 1904. Había iniciado una congregación de "Terciarias Capuchinas" en 1885$ 46 , que se llamaron de Loano. "' La cri1ica dellexlo. 1a11 exigen!e en Jos Jcx1os ·y con razón· nos dice que la lr'3ducción verda– dera ha de ser otra, en este caso: ¡\.firabiUs. Deus. de S(JJI/uario suo!, como quiere laNova Vulgata. "' LÁZAR(liRIARTE, OFMCap, Un 'aninwfrancescana: M. Francesca Rubauo. Genova 1990, 122 pp, véase p. 121. ~ Por aquellos anos, con la vitalidad renacida de la Orden Capuchina, diversas familias religio· sas surgían profesando la regla franciscana de la Tercera Orden Regular y en la órbita capuchina: Capuchinas de la Madre del Divino PasJor (Ca!aluña, 1850), Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia (Valencia. 1885). Capuchinas de la Inmaculada de Lourdcs (Sicilia, 1891). Capuchinas del Sagrado Corazón (Sieilía. 1897). Capuchinas de San Francisco deAsís (Brasil. 1904).

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