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Por santa Verónica Giuliani y otras santas capuchinas 297 el título de El vértigo del amor divino (Le vertige de l'amour divin)' 5 ' . El P. Lázaro mantuvo con este investigador una cordial correspondencia. El doctorado de sama Verónica era un anhelo de muchos y comenza· ban a firmarse documentos desde el congreso de 1978. Las peticiones ofi– ciales no partieron de la Orden Capuchina sino de los obispos cuyas dió· cesis están unidas a la historia de Santa Verónica. El obispo de Urbania, donde radica Mercarello sul Metauro, patria de la santa, eleva una súpli· ca el 14 de septiembre de 1980; los obispos de la región de Umbría, donde está enclavado el monasterio de capuchinas de Citta di Castello, el 20 septiembre 1980. El ministro general de los capuchinos, entonces P. Pascual Rywalski, firma una petición el 5 diciembre 1980. El Prefecto de la Congregación de los Santos, cardenal Palazzin i, gran admirador de la sama, estaba muy a favor de este doctorado' 55 • Más tarde será el capítulo general de los capuchinos de 1994, cuando es elegido superior general Fr. John Corriveau, el que eleve la misma súplica al Santo Padre. Al P. Lázaro se le ha encargado que redacte unos folios de "motivación para pedir el título de doctor de la Iglesia en favor de santa Verónica G iuliani"' 56 . Se hace cierta campaña para que federaciones de capuchinas y conferencias de capuchinos eleven semejantes súplicas a la Santa Sede. A medida que se va conociendo mejor a la santa, "tesoro escondido", se aprecia más claro su inmensa categor[a. No todos están de acuerdo con este doctora· do 451 • El 31 de marzo la Congregación de las causas de los santos celebró una plenaria para el estudio de este tema: "Requisitos en los escritores ecle– siásticos para que puedan ser distinguidos con el título de Doctor". Un fas- ~ Lttzaro IR/ARTE. o.j.m. C(lp.. Sáhzte Veronique Giu/iani: [,e vcrJige tle J'amour divin 1 Traduit de l'italien par Jc3n-Joachim BOUFLET 1 publié par les soins de la Société d'études etde recherches Annc-Cathcrine Emmerick [SERACE. París: depósito legal: 1989). "' La correspondencia personal del P. Lázaro con el cardenal lo deja muy en claro. '-'6 Véase: Motiva.zione tlefttJ petizione del tito/o tU Dotlore def/a Chiesa infavore di san/a Veronica Gitdiam· (4 pp.): AHPCP, Lázaro !ria11e, carpeta número 2 Sama Veró,ictl Giulitmi. '" La cMitá canolica (Roma) 137 (3 maggio 1986) 307, al presentar la biogmlía escrita por el P. f'emando da Riese Pio X. dice así: "Saota Verónica Giulianj tiene ya el biógrafo digno de ella", pero en contra del fervor del biógrafo por el doctorado. escribe el recensionista: "Nos parece problemáti– ca la petición que se hace para otorgar el doctorado a la gran mística. aun en el caso de que no inter· viniera en el Magis1erio la voluntad de contener la relativa inflación del título que se ha verificado en este siglo. Si en santa Verónica está la santidad y no falta la profundidad doctrinal. no vemos. sin embargo, cómo pueda afim1arse que su doctrina y su culto están difundidos en la Iglesia. Y si el Magisterio no crea a los Doctores. sino sólo los proclama. reconociendo el hecho de que ellos son ya tales en medio del pueblo cristiano -como dice Bcui- no nos parece que Verónica pueda ser elevada a esa dignidad. incluso poseyendo quizás objetivamente la capacidad de la misma".

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