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254 MISION DESDE ROMA(1965·1997) En 23 entregas hizo el comentario de modo continuo de los 232 núme– ros del texto, que en detalle consignamos en notam. Al dar término a este comentario el autor decía que muchas comunidades habían manifestado el deseo de tenerlo rodo junto. Como una edición impresa iba a resulrar costosa, el autor prometfa una reproducción fotostática de estas páginas del bolerfn. La maravillosa historia de las capuchinas en México El fenómeno de las capuchinas en México es algo realmente sorpren– dente, máxime si aliado de un ascenso vocacional imparable se coloca el fenómeno contrario acontecido en esta otra ribera del Atlántico. En su historia de las capuchinas bien puede decir el P. Lázaro: "México ha sido la tierra de bendición de las clarisas capuchinas en nuestro siglo"'ll. Esta sorpresa crece, si se considera que México, tierra franciscana desde los pri– meros misioneros, no ha tenido capuchinos hasta tiempos recientes, capuchinos venidos de las provincias españolas, iniciando la tarea nues– tros hermanos de Cataluña. El P. Sebastián lbars fue el hermano encarga– do de prestar sus servicios a las capuchinas. Con él se destacó otro reli– gioso perteneciente a la misma provincia, el entusiasta y emprendedor P. Francisco Jiménez, muerto de improviso mientras daba unos Ejercicios. Por circunstancias que no es del caso relatar, el ministro general llamó a México a los capuchinos de Navarra-Cantabria-Aragón. Y por lo que atañe al servicio de las hermanas clarisas capuchinas, justo es mencionar, dejando discreramenre a los hermanos que hoy sudan por la causa, a otros ya desaparecidos. El P. José Javier Osés, queridfsimo de las hermanas, merece un puesto de honor. Murió en accidente ( 1978), a los 43 años, cuando regresaba de una convivencia vocacional dada en el mona~t('rin de Uruapan, Michoacán 111 • Las capuchinas lo han recordado como un '" Número 1·14: Pa.tet Bonum 32 (ab. 76)7-11; 15·21 ; los e;lalulos particulares: 33 (jun. 76) 14- 16; nn. 15-21: 35 (OCI. 76) 26·30; nn. 222-29: 36 (dic. 76) 35·37; nn. 30·36: 37 (feb. 77) 4-6; nn. 37· 40; 38 (ab. 77) 9-12; nn.49-57: 39 (jun. 77) 17-20; nn. 58·76: 40 (ag. 77) 21-26 [inlcgroJ; nn. 77-94: 41 (oct 77) 27-32 [ín1egroj: nn. 95·96: 42 (dic. 77) 4·6; nn. 97-11: 43 (feb. 78) 2-6; nn. 112· 116: 44 (ab. 78) 9·12; nn. 127-134; 45 (jun. 78) 16-18; nn. 135-148: 46 (ag. 78) 21-24: nn. 149-157; 47 (ocl. 78) 28·30: nn. 158·163: 48 (dic. 78)34-36; nn. 164-167: 50 (ab. 79) 11·12; nn. 168-175: 51 (jun. 79) 16·18; nn. 176-194:52 (ag. 79) 21·24; nn. 195-200:53 (ocl 79) 27-30; nn. 201·206 54 (die. 79) 35· 36; nn. 207-216: 55 (fcb. 80) 3-6: nn. 217: 56 (ab. 80) 12·13; 224·232: jun. 80) 18-19). ~ L. 1~ Las Copuchmas· pasado y presente, 206. '" Compañero en los años de carrera. él un curso superior. a c!l el dedicamos una scnuda scm· blanza necrológica; ef. RIIA'O ORASOU. P. JoséJa••ierOsb (1934-1978). en: Bol. Of 33 (1978) 271· 274.

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