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Consejero de la Orden. a la escucha del Espíritu 221 lizar muy concretamente en la vida diaria nuestra fraternidad, que no es sino la expresión de nuestro amor a Cristo, y de nuestro amor mutuo. Pasar a los hechos, es decir, vivir efectivamente nuestra pobreza evangé– lica, así como vivir personalmente y en comunidad una pobreza que sea verdadera y actual" 29 l . Quien haya conocido de cerca al P. Pascual sabe que estas sencillas palabras no son ripios, sino ideales vivos que los lleva en el alma y le salen a flor de piel 295 • El tiempo constituyente de la Orden se había concluido en principio con las Constituciones de 1968, hoy vigentes "ad experimentum". Pero todavía en este sexenio junto a los hechos de vida habrán otros hechos de reflex ión. En la Orden se sigue cavilando mucho. Para ser más ordenados indiquemos los hechos más importantes que, a nuestro modo de ver, jalo– nan la vida capuchina en este sexenio, hechos a los cuales está muy cer– cano el P. Lázaro y, en algunos de ellos, debe intervenir con cierto prota– gonismo. Meses finales de 1970. El definitorio escribe su programa, una carta programática que lleva fecha de 6 de enero de 1971. Año 1971. Siguiendo órdenes recibidas en el capítulo general, se crea una Comisión para investigar con procedimientos técnicos el estado de renovación en que se encuentra la O rden, asunto en el que ha de inter– venir el P. Lázaro por el área ibérica y que merece una reflexión marginal en su momemo. En febrero el Papa Pablo VI recibe en audiencia al minis– tro general y definitorio, que acababan de hacer los Ejercicios Espirituales con el P. Kajetan Esser, y tiene una conversación llana y deliciosa que el P. General transmite en un mensajem. La Orden debe a este Papa un recuerdo imperecedero por el amor entrañable que le ha mostrado. En otoño se celebra el Primer Consejo Plenario de la Orden (l CPO), insti– tución surgida en las nuevas Constituciones, Tema fundamental: Nuestra Jt.t Pascual R.vWAI.SKt, Espíritu )~es¡Jerauza. 21. m Véase corno muestra de esa sinceridad inmediata y de la preocupación que lleva dentro por punto paniculares de la Orden el mensaje ti1Uiado F./ principtll clestJ11Ctor de la vida religiosa, en Espíritu)' esperanza, 152-154. Allí escribe: "Hem1ano, en confian?.a te digo: aunque yo por tempera– mento no soy nada propenso a dramatizar los hechos, uno de los contactos más inquietantes con eso que se llama el mal. el pecado, ha sido elconstatar antes de ahora, y constataraún actualmente, cómo hay frailes dominados por el deseo de tener dinero y disponer de él. Eldinero ciega, fascina y pierde a aquel que lo arna. Aunque a primera vista parece exagerado, es verdad Jo que dice San Francisco: El dinero es el principtd corruptOrde nuestra profesión y perfocci(m (2Cel. 185)'' (p. 153). l4o> Véase: Mantened vuestra ,,.<>lunttul de renovaci6n, en: Espíritu y esperanza. 41-44.

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