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En el antiguo y el nuevo Colegio Internacional 205 Constituciones no se hizo por esta línea del peritaje, sino por la labor pre– via del Seminarium de re franciscana y por la misma aportación del Colegio, en las respuestas del cuestionario enviados a las provincias. En carta diri– gida al P. Lázaro el Presidente de la ComisiónCapitular (León Urquy, pro– vincial de París) y el Secretario de la misma (Octaviano Schmücki) se agradecía con vivas palabras la aportación específica del Colegio. El resultado del Capítulo fueron las nuevas Constituciones, las Constituciones del 68, perfeccionadas en capítulos generales sucesivos. Realmente presentaban un giro en la vida del capuchino, un estilo viral– mente muy distinto. A su tiempo, para las bibliotecas y para los estudio– sos, se publicaron en dos respetables volúmenes las Actas del Capítulo, una arsenal inmenso con todas las minucias de los cambios del texro, de las intervenciones de los capitulares, de la bibliografía empleada. Una obra ejemplar para la historia. El Seminarium y las Constituciones Estamos ya con las nuevas Constituciones capuchinas en las manos. Hablemos de ellas, hablando del P. Lázaro, o mejor, hablemos de las Constituciones y el Semina rium de re franciscana, la obra mimada del Rector en su quinquenio del Colegio. El lector de la Crónica colegial observa con qué cuidado toma nota el Cronista de cuándo comienza y cuándo termina el Seminarium cada año, -pues las sesiones se hacían por temporadas- y qué atención y acogida le presta el superior general. Ya dijimos en el capítulo anterior como arrancó el Seminarium y cuál fue el panorama de esrudio del primer año. El segundo (1966-67) se cen– tró en la vida comunitaria: "Communitas franciscana hodie". El tercero (1967-68) tuvo como tema: "Vocación y formación franciscana hoy". El argumento se desplegaba en un abanico de diez temas, que podían ofrecer los capítulos de un manual en la materia: Teología de la vocación religio– sa; vocación franciscano-capuchina; crisis y discernimiento de las voca– ciones hoy en día; proselitismo franciscano; el espíritu misionero como acicate vocacional; teología pastoral de las vocaciones; el seminario menor o la escuela seráfica hoy; el noviciado franciscano-capuch ino hoy; la formación de los jóvenes profesos; la formación de los hermanos laicos. Fue justamente en este curso cuando el P. Lázaro fue designado perito capitular, confiándosele esta zona de tareas referidas a la pedagogía fran– ciscana. En el cuarto año (1968-69) estaban recién salidas del horno las nue– vas Constituciones. El argumento se imponfa: Las nuevas Constituciones:

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