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En el antiguo y el nuevo Colej¡lo Internacional 199 presente de la renovación de la Iglesia?- El franciscano y el seguimiento de la doctrina y ejemplos de Jesucristo. -La caridad y la fraternidad en el centro de la comunidad franciscana. - Seguir el ejemplo de pobreza y humildad de Nuestro Señor Jesucristo. - El espíritu de servicio de la fra– ternidad franciscanam. Los participantes quedaron con el gustO y deseo de que esta convivencia y estudio se repitiera. El capítulo local de los hermanos La fraternidad "ad intra" está gestando cambios importantes en la Orden; somo~ hermanos, somos una orden de hermanos. El ambiente espiritual que propician las investigaciones de los orfgenes del franc isca· nismo y el mismo entorno social que exige democracia -no se olvide el mayo franc6 del 68, una revolución social que ha marcado· nos llevan hacia las formas sencillas de igualdad fraterna y de corresponsabilidad más visibles. Ha habido en las nuevas Consciwciones un número defmitivo: "A causa de la misma vocación, los hermanos son iguales. Por consi– guiente, según la Regla, el Testamento y la primitiva coswmbre de los capuchinos, llamémonos todos, sin d istinción, hermanos" (84,3). Este principio produjo paulatinamente un cambio de lenguaje -hoy el Cronista no hablaría de "Parres tudentes"m., y fue <Jbriendo camino a unas formas participarivas de d iálogo abierw sobre las cosas de casa. En el tercer año del P. Lázaro, y por primera vez, se celebró el Capíwlo local, surgido en las Constituciones del 68. El 7 de noviembre se tuvo la primera reunión. Un largo folio planteaba el "orden del día". Pero más importante que los asuntos puntuales era captar la dinámica espiritual que inducía el capftulo en el estilo de las fraternidades, y de una fraternidad inmensa como la del Colegio. Por eso, el Rector, al entregar la hoja guía del primer capítulo local en e l que participó todo el Colegio, escribía: "Siendo el cometido del capítulo local promover el bien de toda la fra– ternidad, y ante todo el bien del espíritu y la fidelidad a nuestra vocación, cada uno ha de hacer este planteamiento: qué es lo mejor para todos, aun- • Veasc In crónica cotada: Bol. Of 22 81967) 174 - A continuacoón el P. Lázaro dirigió los Ejercicios espirituales a los estudiantes de teología valencianos en Orihucln; luego fue a Madrid al Con¡¡rcso de Religiosos. ero cuyo programa figuraba con una ponencia. " Mas sé3nos pennitido, no por hábito y rutina sino por un cieno sentido profundo- ~ir hablando del P. Umro. uestro protagoniMa seguirá siendo llamado con preferencoa P. Lá2aro (so bien él, desde siempre. se firme. según la tradición capuchina. Fr. Lázaro, raramente P. Lñzaro), o en cierto ambientes llcnmno l..á1aro. esto muy acusado en l..minoamérica...: oen cienos cio·culos fratcr· no; y bablando de él.... no raromcnte Lá>.aro a secas. Séano;. permitido. decimos. teclear el que fue Jl'lr:l nosotros, P. LAuro, locual no estará muy lejos del scnur de Pablo (ICo 4,14-15).
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