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Rector del Colegío lntemacionalde la Orden 191 Ha empezado la renovación transformadora de la Orden, que el minis– tro general quiere orientar mediante una circular dell de mayo de 1965, como indicábamos al comienzo de este capítulo. Unos meses después escribiría otra importante circular: La renovación de la penitencia en nues– tra Orden (27 febrero 1966)1' 8 . En este momento histórico del cambio ¿cuál es el punto crucial que debe resolver la Orden, su problema más importante? ¿Se va apagando el verdadero espíritu de san Francisco entre los capuchinos, que quieren abrirse a un mundo nuevo, y habrá que ir a buscarlo en otras institucio– nes? El ministro general escribe: "¿Estarán en lo cierto nuestros jóvenes cuando afirman que e l espíritu evangélico carismático se ha lla en mayor escala que en nuestra Orden en otros institutos, y que una institución vieja no puede ya en manera alguna renovarse ni reformarse y, por lo tanto, habrá que disolverla y crear una institución totalmente nueva? ... El problema más importante en nuestra Orden es éste: por una parte exis· te el deseo de vivir la vida evangélica y franciscana como la Orden la ha vivido hasta ahora; y por otra, es muyc ierto que la mayor parte de los reli– giosos, con el mérito de la santa obediencia, ejercen el apostolado en tales condiciones que resulta sumamente difícil, y aun imposible, la vida 'claus– tral' a l estilo tradicional" 11 9. Se acaba de clausurar ef Concilio Vaticano !l. El día 7 de dic iembre de 1965 fue la última sesión pública de las tareas conciliares, con un memo– rable discurso del humilde y gran Pablo VI. El P. Lázaro, sensible a la Iglesia y la historia, anota en la C rónica colegial: "En la basílica Vaticana, la última sesión del Concilio Vaticano Il, en la que se ha leído el docu– mento público del Sumo Pontffice Pablo VI y del Patriarca de Constantinopla Atenágoras mediante el cual se levanta la mutua exco– munión lanzada el año 1.054". Y al d ra siguiente, solemnidad de la :t• Cm·ra cin:ular del Padre General sobre la renovación de la penitencia éJJ nuestra Orden. en: Bol. Oj 21 (1966) (>6-86. Añade el ministro general en un apéndice que. preparada ya esta carta para la imprenta, aparece la constitución apostólica de Pablo VI Paenitemini (17 febrero 1966), que habla justamente de este tema: el nuevo sentido de penitencia co la Iglesia. con las nom1as correspondien– tes. modificando la disciplina anterior. - Tras la constimción apostólica hubo que hacer un reajuste de los ayunos de la Orden. ¿Cuál era la obligatoriedad de los ayunos señalados en la Regla: la Cuaresma de la Bendita. es decir de después de la Epifania hasta la Cuaresma; y la Cuaresma de Todos los Santos, es decir desde eldía siguiente a Todos los Santos hasta la Natividad del Seilor? ¿Y cómo obli– gaba la misma Cuaresma de la Iglesia? Se constituyó uoa Comisión para el estudio de esta cuestión (19 marzo 1966).de la cual formó parte el P. L:izaro. y manifestó su opinión. con fecha de 23 de marzo de 1966, redactando ln-s folios en larin: leiunia in Ortline nostro (AHPCP, Carpetn Lázaro lriartc "' Carta sobre /a labor de la Comisi6n capirular. ... Bol. Oj 20 (1965) 132.

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