BCCAP000000000000132ELEC

Redor del Colegio lntemacional de la Orden 185 ha generalizado; codos, incluso los pobres, usan el dinero corrientemente paras las necesidades de la vida. Deberemos poner nuestra atención en el uso necesario, pobre, social, caritativo más bien que en el contacto mate– rial del dinero. Y esto sin reparos jurídicos, con absoluta sinceddad" 200 Estos criterios los compartía plenamente el P. Lázaro. Quien haya leído los comentarios anteriores de la Regla, que fueron acaso los comentarios de su propio noviciado, podrá comprobar que un cambio definitivo se estaba operando a l aire del Concilio. El Concilio "ad gentes" El Colegio vivió el Concilio, y en este punto hay una nota particular– mente entrañable. Los obispos misioneros capuchinos que tomaron parte en el Concilio, y especialmente -como ames lo hemos indicado- en la cuana y última etapa. El 7 de diciembre, en la última sesión pública, se pondría la firma al decreto Adgenres, el más aceptado (2.394 síes; 5 noes). Unas semanas antes, el 18 de noviembre, el P. General invitó a los Padres Conciliares capuchinos a un encuentro en el Colegio Internacional. Él les dirigió la palabra y a continuación el profesor de Misionología P. Walbert Bühlmann, capuchino suizo, cuvo una confe– rencia sobre el papel de la O rden en la implantación de la Iglesia. EL encuemro se completó, tras el café, con una película misionaL Tres días más tarde los mismos Padres Conciliares eran invitados a comer en el Colegio, en armonía con el definitorio y toda la familia de casa. Al final el Obispo de Agm (India), tomó la palabra y d io las gracias. El suceso lo refiere el P. Lázaro, cronista de oficio, pero tras estas líneas podemos sentir el corazón de quien de joven y por muchos años soñó en las misiones como en vocación propia 10 ' Al año siguiente por aquellas fechas y por iniciativa de nuestros esru– diantes, sin duda con el franco apoyo del rector, la Facultad de Misionología de la Gregoriana y la Universidad Urbaniana de Propaganda Fide, profesores y alumnos, se reunieron en Frascati, en el convento de capuchinos, que aparte de ser lln lugar idílico guarda la tumba del Cardenal Guglielmo Massaia, misionero en la Alta Etiopía. * Boletín Seminarium, a. l, n. 3. p. 27. "' 1 Véase Chronica.., 18 nov., 21 no. t9965. Del mismo acomecimienlo se hizo eco la Ant1lecw Ordinis.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz