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Auge y plenitud, 1951·1963 143 carretera general, quizás por efecto de haberlo movido, la hemorragia fue total y falleció casi repentinamente. Fuera de la pena de no habernos hallado presentes la mayor parte de los hijos, podemos decir que fue una muerte muy consoladora, casi sin sufrimiento ninguno y espiritualmente muy edificante. Por lo que hemos de esperar que también delante de Dios habrá sido una "muerte preciosa", que es la muerte de los justos. Los hermanos estaban muy acongojados cuando llegué yo el día 23 por la mañana (el fallecimiento fue e l día 22 hacia las 10). Sobre todo Martín estaba inconsolable y muy impresionado. Ya parece que han quedado todos conformes y resignados. El funera l fue e l día 23 de cuerpo presente, con mucha asistencia de gente y de parientes de todas parres's 9 • Y iqué se pensaba entre los profesores en la Provincia? Volvamos a los acontecimientOs internos del Colegio. Recordando sucesos pasados y condeando con sinceridad su propio corazón el P. Lázaro pudo escribir años más tarde: "Siempre me ha resultado sumamente fác il ganarme la voluntad de los inferiores, sobre todo de mis alumnos. También me resulta fácil lograr la confianza de los de arriba, de mis supe– riores. Por e l contrario mi problema es siempre entenderme con los igua– les, compañeros de profesorado, etc. Parece que es propio de los tempera– mentos llamados "coléricos" en piscología (emotivos-activos-primarios) esa disposición para la relación vertical-hacia abajo o hacia arriba- y esa dificultad para la relación horizontal - con los iguales"' 60 • Que había dificultad entre el director y los profesores era algo que se intuía¡ que e lcolegio, hablando en general, estimaba más a su director que a sus profesores -hablando en general, decimos y subrayamos- esto ya no era a lgo que se intuía, sino algo que se palpaba. Aquí el cauto escritor, éste que ha romado teclado y pantalla en e l ordenador, requiere finura y sabiduría. Topamos con personas, con prota– gonistas vivientes, que tienen rostro propio y apreciaciones personales frente a las que el P. Lázaro pueda dar de su parte y por su cuenta. Pero es éste el secreto mismo de las relaciones humanas, que, al fina l, se pierde en '" Carlllde ji: Lázaro de Aspurza s11 hermanasorM' Esterde los Ángeles, 26 de agosto de 1958. ,.. Notas confidenciales.