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8 INTRODUCCIÓN nos suyos. Como tambic!n es ventaja para esta biografía su autor, Rufino MD Grández, que aceptó esta encomienda con prontitud, no sólo por el respeto y la admiración que el P. Lázaro le inspiraba, sino también y, sobre todo, por creer que mediante este escrito prestaba un servicio fraterno de veracidad y de animación vocacional a la Provincia, a la Orden, a toda la gran Familia Franciscana. Se ha empleado a fondo y ha llevado con cons· rancia y rigor el trabajo de recogida de datos en fuentes diversas y puras. Su conocimiento directo y personal del P. Lázaro en distintas etapas de su vida, su probado buen sentido de interpretación, su ágil estilo literario, son razones que avalan el buen hacer de este trabajo biográfico. Tras su lectu· ra a nadie parecerá desproporcionada la afirmación que se escuchó en la ceremonia de sus funerales de que el P. Lázaro lriarte es patrimonio de toda la familia franciscana. Tienes en tus manos la biografía de un capuchino, pero además, si la Ices, la posibilidad de experimentar algo así como el frescor oxigcnante que deja a su paso el espíritu de san Francisco. Nuestras Constituciones capu· chinas nos aconsejan: "Leamos con frecuencia la vida y los escritos, tanto del propio san Francisco como de sus hijos, principalmente de los capu· chinos que se han distinguido por su santidad de vida, trabajos apostólicos yciencia..."(Const. 3,3). Termino y te invito a pasar ya a las "Palabras de entrega" con que el autor inicia la biograña, lográndonos meter el gusanillo de la curiosidad; gusanillo que en algunas páginas es misteriosa larva para, al fin, transfor– marse en brillante mariposa. "Juzguen los estudiosos sobre la valía e impor– tancia de las aportaciones de Lázaro lriarte. Y de la calidad de su ser, de aquello por lo que uno es invulnerablemente él mismo, juzgue Aquel que puede juzgar..., mejor dicho, esto quede amorosamente recogido en el corazón del Padre", son las palabras conclusivas de este libro. Vale la pena llegar a ellas sin saltarse un ápice de las demás. Estamos a punto de iniciar un año conmemorativo por los cien años de la Provincia. En el logotipo ideado por On. Eduardo Chillida para este Centenario, Icemos entre simbólicos trazos c!e su original estilo: "Ritmo. Tiempo. Silencio. Medida. Acorde. Intervalo... Reposo... Todo en manos del Señor". Sabe a síntesis de esta biografía, que es una más, cier· tarnente significativa, de ese millar de vidas capuchinas que nueStra fecun· da madre provincia ha cobijado a lo largo de estos cien últimos años. Pero "no solamente tenemos una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir". A punto de estrenar el Tercer Milenio de

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