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.El Padre Adoain en el Apu_r_e _ _______7_5_ e¡nbargo, ofrece el interés del que cuenta cosas vistas e.n países ignorados y el encanto d<::> la sinceridad y candor del que redacta un!J:s líneas, que supone no serán leídas sino por sus más íntimos familiares. . Creemos será del gusto de los admiradores de este gran ¡nisionero, leer siquiera digo de sus interesantes apuntes, ¡nuy aprovechables para la historia de aquellas misiones. El texto ínfegro fué publicado por el P. Ildefonso de Ciáu– rriz (1 ). Consigna primeramente los límites del país y nú- mero de .habitantes. · <<La Provincia es una de las h·ece de la República de Venezuela. Se halla a los cinco grados de la línea, y como es país más baj<> que el mar, los calores son excesivamente grand~es. · <<Colinda al este con la Guayana, que la separa el gran rí<> Orinoco; al oeste con la Nueva Granada (Colombia); al sur con la Granada y Guayana, de las que la separa el río Meta; y, al · norte con la Provincia de Caracas y Barinas, separadas por el río Apure: · <<La población de gente racional,· no pasará de treinta mil ha- bitantes. · . <<Antes era mucho más poblado, pero· la fiebre, que de muy pocos años a esta ·parte se deja ver a la entrada y salida de fas aguas, ha despoblado el ·país. Hará h;einta años era el país más saludable de la República, pero ahora es el más enfermizo y calen– turiento. «Tenía veintidós parroquias, y excepto una, todas fueron edi– ficadas por los Capuchinos andaluces desde 1770, poco más o me– nos, hasta el año 1820, que tuvieron que salir por la revolución. En la actualidad no hay más que una iglesia en pie, que es la . de San Fernando, por haberlas dejado arruinar después que dichos misioneros faltaron. <<La provincia se divide hoy en cuatro cantones, que son:: Achaguas, San Fernando, Manteca! y Guasdualito. Achaguas y San Fernando, tienen alguna forma de pueblo; todos los demás no tie– nen ninguna, pues no se encuentran más que vestigios con tres o cuatro cabañas y algunas botellas de aguardiente de caña. En San Fernando, a pesar· de tener un poco de comercio con Angos– tura y Nutrias por el río Apure, no se encuentran media docena de casas de teja; y en Achaguas dos o tres; las otras son de paja. <<Desde que faltan los misioneros, se ·fueron los indios para sus retiros, llevando cada padre de familia sus hijos e hijas, por no estar seguros en el poblado por la mucha corrupción que dejé> la guerra; después ha seguido y sigue el mismo libertinaje. Se haHan muchos que desde aquella época no han pisado lo que se llama pueblo, porque como dicen, no habiendo Padre (que así lla– man al Sacerdote) ¿para qué hemos de ir . al pueblo? Estamos mejor ·en este desierto. (1) Vida del Padre Esteban de Adoain, pag. 44-52.

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