BCCAP000000000000130ELEC

El Padre Adoain y la expedición de Misioneros 59 neros. Eramos muchos para un pequeño barco. Sin ·em– bargo, no he experimentado un sólo momento de malestar. La armonía, la jovialidad, "la paciencia y la más irrepro– chable limpieza han •reinado a mi lado. Ninguno ha su– frido enfermedad a bordo, si se exceptúan los Padres Va– lentín y Fructuoso, que ~ sintieron molestados por el ma– reo constántemente, casi hasta la llegada a Cumaná. Nues– tra travesía fué en verdad una de las más felices que se conocen; no tuvimos. ni un sólo día de lluvia o de mal tiempo. »Al romper ·e] alba, los Padres subían sobre el puente, se lavaban la cabeza, las manos y los pies. Después el Padre Simón o el Padre Hernani agitaban una campamila y se reunían para la oración. A las siete y media o las ocho desayunaban con té, café o chocolate. Y luego se en– tregaban los misioneros a la lectura, al estudio de música y algunas veces a la costura. A mediodía venía la primera comida; hablaban alegrement~ durante una hora; hacían la siesta hasta las dos, y se reunían para cantar el Oficio Divino. A las cinco y media ]a· cena, después de la cual se cantaba la Salve o la Letanía. Y después charlaban con una jovialidad encantadora hasta las nueve. Algunos días la conversación se prolongaba algo más; pero entonces se hablaba en voz baja, para no turbar el sueño de los tri– pulantes. »La cortesía y miramientos de los Padres para con los marineros fueron exquisitas; y éstos por su parte han ob– servado la más laudable conducta para con· aquellos. Du– rante el viaje no se les ha escapado ni una sola palabra que pudiera molestarles, ni siquiera de esas que son arran– cadas por la impaciencia de la brega. Seguramente que los misioneros no han sufrido la más leve molestia por este lado; y el cariño de .que nos han dado tantas pruebas, me hace suponer que nosolros no hemos quedado atrás en el cumplimiento de nuestro deber. »El día 8 a la tarde, estábEimos cerca de la isla Mar– garita; la calma nos retuvo allí durante todo el día 9. El día 10 a la mañana pudimos emprender ruta hacia Cu– maná, que divisamos a eso de las diez» (l). cE! capitán Sr. Rubión -dice el Pq:dre Adoain- se (1) Gazette du Midi, Samedi, 5 Nov. 1842.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz