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El Padre Adaain y la expedición de Misioneros 51 estaba ocupada por el ejército de Napoleón, estalló la re– volución, que comenzó sorprendiendo en el atrio del templo mayor al gobernador D. Vicente Emparán, el día de Jueves Santo, 19 de abril, cuando se disponía a asistir a los divinos oficios. Y conducido al Ayuntamiento, fué obligado a di– mitir. Así comenzó la guerra .de la independencia de Vene– zuela. Los patriotas venezolanos eran mandados al principio por Francisco Miranda; pero pronto surgió otro caudillo, el famoso Bolívar, el más elocuente y audaz de los miembros de la ]unta Patriótica. • D. Domingo Montéverde, jefe de los españoles, cuyas 1ropas se llamaban realistas, triunfaba. Pero se generalizó la insurrección con nuevos adalides de la causa venezo– lana, que se unieron a Bolívar: Santiago Mariño, los Ber– múdez, Manuel Piar y luego José Félix Rivas, Urdaneta, Briceño, etc. En agosto de 1813, Bolívar, que había declarado gue– rra sin cuartel. entró triunfante en Caracas; y los venezola– nos le aclamaron Capitán General de los Ejércitos, con el títub de Libertador. Pero le faltnba mucho que hacer. Destituído Monte– verde, el nuevo Capitán General. Manue"l Cagigal. le atacó con el guerrillero Boves y le arrojó de la capital. De España llegó el Mariscal de Campo, D. Pablo Mo– rillo; pero, a pesar de sus éxitos de 1819, no logró. una vic– toria definitiva. La nueva expedición que se esperaba en 1820, no llegó; porque estalló la revolución en España ini– ciada con la sublevación de Rafael Riego. En 1821. Maracaibo fué entregada a los republicanos. El General Latorre fué vencido por Bolívar y Páez cerca de Carabobo. Y .así quedó virtualmente proclamada la inde– pendencia de Venezuela. Sin embargo, no llegó ia era de la paz en aquella des– venturada Repúbl\ca. Los venezolanos no sabían enten– derse, ni gobernarse. Continuó una serie de disturbios, pro– ducidos por causas políticas, militares y religiosas. En 1821 el Congreso reunido en Cúcuta, suprimió todos los conventos y residencias que no tuvieran ocho sacerdo– tes. Fué esto el golpe de gracia contra las Misiones. La des– titución del jefe militar Páez ocasionó graves disgustos, hasta que los amotinados lograron que fuese· repuesto.
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