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Hacia la beatificación del ?adre Adoain 497 ------------~~~~~~~~~~----~ Unos- días- m:ás tarde volví a visitarlo; pero no lo hallé en el lecho ni en casa. Pregunté, admirado, por él. · Y süs fa– rtüliares me dijeron que se había curado; que estaba· bien y que había salido para trabajar 'én su oficio de carpintero y atribuían la curación a la intercesión del' Padre Esteban,' a lcanzada por medio de la reliquia y de la oraciÓn». · No queremos incurrir en el defecto de amontonar casos de curaciones prodigiosas. Pero tampoco debemos faltar por omisión. No lleve a mal el discreto lector si hacemos mención de alguno que otro, que ofrecen verdadero interés.. ~En el mes cJr- Marzo' de 1927' fué decl~xrado gravísimo él caso de la enferma Doña María Soldevila, residente en Ma– drid. Sufría una afecéión al útero, llegando a declararse a demás una peritonitis aguda. Cuatro médicos dictaminarán que era necesaria una operación, advirtiendo ·que era pe– ligrosa. En vista de eso, el día ·uno de Abril, viernes, al me– diodía, se le aplicó una reliquia del venerable Padre Este– ban. El día ti-es fué visitada la enferma por el Doctor Solér, el cual quedó sorprendido de lo que observó' en la ·enferma y declaró que no era necesario operarla. Y la ·señ"ora Sol– dévila fué mejorando rápidamente; y está completamente curada». ·Así oímos referir el caso a un señor Sacerdote cu– ñado de la enf\;rma, Capellán que era en aquellos días de las Monjas del Monastério Piedad Bernarda, ·calle Isabel la Católica, 6, Madrid. En las Actas del Proceso Informativo de Pamplona· constan otras curaciones prodigiosas En nuestro Archivo conservamos relación de más de irescientos casos, algunos de ellos de carácter prodígioso. No podemos resistir al deseo de dar a conocer alguno de ell"os. . En ·el añÓ 1935 la señora Dona Asunción Lusarreta, do– miciliada hoy en Pamplona, Calle Sancho el Mayor, 9, 4. 0 , sentíase eón graves molestias de estómago.· Los dolores y vótnitos·D.o la dejabcm descansar. Acudió a un Doctor espe-· ciáli"sta, el cua} declaró que tenía en el estómago una man~ cha ci:mC.~rosa, y le prescribió"un régimen alimenticio muy riguroso. La familia, en su inquietud, quiso cerciorarse de cucmto afirmó el méd1co, .y · llevó a la enferma a la clínica de «Sán Miguel» de la misma ciudad." Fué examinada por uno de los Doctores, en presencia dé otros·· dos del mismo establecimiento sanitario. Los tres afirmaron que se tratabá 3!

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