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Hacia la beatificación del Padre Adaain 495 Sanlúcar, acudían presurosos al cementerio para visitar los venerandos despojos del célebre apóstol. Muchachos .de Navarra que se trasladaban a Andalucía para cumplir el servicio militar, solicitaban permiso para entrar en la clausura y ver la tumba de su ilustre paisano, como declaró Don Gregorio Zozaya de Lumbier. El Eminentísimo Cardenal Espíno!a, Arzobispo de Se– villa, el Cadena! Herrera, Arzobispo de Valencia, y los "Excmos. Sres. Conde de Aldama y Don Andrés de Hoyos Limón iban a visitarlo y se encomendaban a él. La destronada reina Doña Isabel II, que hizo algunos viajes a Espa.ña, visitó más de una vez el convento y entró €n el cementerio exclamando: .¡Vamos a ver a mi Padre Esteban... ¡» Así lo oímos afirmar a varios testigos entre ·ellos al Padre Juan de Valencia. No pocos religiosos misioneros Capuchinos, al regre– 'sar de Ultramar, desembarcaban en Cádiz y visitaban al -que fué maestro de misione·ros. Poseemos varias cartas escritas por Superiores de '·la Provincia Capuchina de Andalucía; los cuales afirmaban que la sepultura del apóstol de Adoain había sido obj-eto -de gra:q_ devoción. Más hoy, ,lo decimos con dolor, ¡no hay veneración al sepulcro del egregio misionero!... Síntoma muy perjudicial oQ la Causa de Beatificación y Canonización. La Provincia de Navarra ha intentado subsanar este ..error en vario3 ocasiones con generosidad ejemplar; pero .siempre tropezó con algún obstáculo. (!) Por creer será del agrado del lector, referiremo3 aquí -algunos prodigios operados por intercesión del Siervo de -Dios después de su muerte. El Padre Pastor de Valencia nos refirió el siguiente su– -ceso: En la ciudad de Sanlúcar y en una casa próxima al -convento de Capuchinos vivía por los años 1898 un niño -gravemente· enfermo con desviación de la columna verte- (1) Al terminar la redacción del presente Capítulo, llega.- a nuestras manos un ejemplar de la revbta «El Adalid Seráfico» de 'Sevilla, cuyas páginas correspondientes al mes de Febrero de 1941, traen la noticia de que el día trece de Enero fué abierto el sepulcro -del Siervo de Dios por los Padres del Convento de Sanlúcar, y ttasladados los restos a un nicho practicado en la parte exterior de la pared de la iglesia del convento.

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