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CAPITULO XLVIII HACIA LA BEATIFICACION DEL PADRE ADOAIN LA DEVOCION AL SEPULCRO DEL PADRE ESTEBAN.-LOS MILAGROS DESPUES DE SU MUERTE.--LA CAUSA DE BEATIFICACION Y CANONIZACION.-PJÍO. CESOS INFORMATIVOS DE PAMPLONA, BARCELONA, VALENCIA Y SEVILLA.- APROBACION PONTIFICIA DE SUS ESCRITOS.- HOMENAJES POSTUMOS F UE un grave desacierto depositar los venerandos restos del Padre Esteban de Adoain dentro de la clausura conventual de Sanlúcar, es a saber, en el cementerio de la huerta, a donde. no tiene acceso el público, Era general en aquellos días la queja de los fiele~, que hubieran deseado visitar a diario su sepulcro para orar y pedir la intercesión del venerable Misionero, que tantos prodigios ñdbía rea· lizado en vida y se esperalía iba a realizar después de su muerte a favor de los que le invocasen. Aún así las visitas de caballeros seglares menudeaban a diario. Y con frecuencia veíansE{ virtuosos Sacerdotes pos· trados ante la amplia losa de mármol que cubre los restos de tan gran Siervo de Dios. Testigos de vista afirmaron con juramento que conti· nuaba la devoción al sepulcro del Padre Esteban varios años después de su muerte. El Hermano Fray Bernardo de Feria, que moraba en el,convento de Sanlúéa~. testificó ha· ber visto muchas veces a los Excmos. Duques de Montpen· sier, orando ante el sepulcro del venerable P~dre Adoain (1). Los Capuchinos que de cualquier Provincia llegaban a (1) El duque de Montpensier don Antonio María Felipe Luis de Orleans, Infante de España, fué el quinto de los hijos del Rey Luis Felipe de Francia. Se casó en 1846, con María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la Reina Isabel II de España. Vivió varios años en Sevilla. Fué Diputado a Cortes por San Fernando, elegido en 1871. Murió en Sanlúca1· de Barrameda en Febrero de 1890.

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