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Lo Revolución en España. El Podre Adooin a Italia 43 de la lengua italiana con la exclusiva intención de hacerse apto para ejercer el sagrado. ministerio. Y gracias a su ta– lento nada mediocre y al ardor de su celo, que nunca re– conoció dificultades, en pocos meses logrÓ" poseerla con perfección. En vista de ello, los Superiores, que habían for– mado ya un alto concepto de la virtud de aquel Siervo de Dios, le confiaron el oficio de la predicación, para el que estaba facultado en Navarra desde febrero de 1837 por el Prelado diocesano de Pamplona. Sus primeros sermones pronunciados en lengua italiana agradaron, ya al público, ya a los religiosos que le escucharon para juzgar de sus aptitudes y de su preparación; y muy pronto se le confia– ron más altas empresas. Predicó durante la Cuaresma de 1840 en Montigniano; y los dos años siguientes en Ronci– glione y en Vallone con tal acierto, que le valió unánimes elogios de eclesiásticos y seglares. El apóstol aparecía ya de gran relieve.

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