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466 El Padre Esteban de Adoain Noviciado, dejando en él un cocinero profeso de toda satis– facción con tres novicios que le ayudan; pues no era justo que estando allí de sobra, careciese esta Comunidad de cosa tan absolutamente necesaria. Allí todo se halla normaliza – do; aquí todo por arreglar. · He mandado la Obediencia al Padre Segismundo para que pase al convento de Arenys, porque habiendo muerto el Padre Campos, estoy firmemente convencido · que nin– guno es llamado para llevar a efecto aquella nueva fun– dación sino el Padre Segismundo; porque al Padre Juan nadie le quiere por sus rarezas y hasta acaban de asegu– rarme que si el Padre Segismundo no va de Superior, nadie se reintegrará al convento; y si alguno llega a reunirse, se saldrá como todos los que han ido hasta ahora, han salido. Y ojalá que el Padre Segismundo con sus modales pací– ficos gane y una tan encontrados caracteres y genios! Le hablo así a V. Rvma. porque conozco a todos los que quieren reunirse. >Si V. Rvma. hubiese recibido las muchas y repetidas cartas que sobre este asunto me han dirigido unos y otros, no dudo que habría tomado esta misma determinación co– mo la más acertada para evitar escándalos ruidosos. Tan pronto como pueda, volveré a Andalucía; y de paso veré cómo está el convento de Andújar. Yo más quisiera el de Marchena, por estar entre los dos que tenemos• . (1) Tan razonada y clara contestación del Padre Esteban no necesita cdmentario, como no sea la parte relativa a los religiosos de Arenys de Mar. Habíanse reunido diez Padres y tres Hermanos legos. No era fácil armonizar los carac– teres de aquellos ancianos, que después de cuarenta y cua– tro años de vida seglar, durante la cual habían satisfecho todos sus caprichos mandando en sus casas y en su!; pue– blos, se reintegraban al convento para vivir sujetos a la obediciencia y a la observancia regular. Cada uno de ellos traía en el cuerpo un rey. El Padre Segismundo de Mataró, qué había sido enviado por el Padre Esteban el día uno de Septiembre en calidad de Superior, no osaba leer su nombramiento, a causa de la actitud que adoptó el Padre Juan de Arenys al verlo. (1) Archivo reservado del Padre Joaquín de Llevaneras, ~x Comisario Apostólico de los Capuchinos de España. Copia auténtica en el Archivo del Vice-Postulador, Carpeta VI, n. 58.
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