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Misionero y Vice-Comisario 461 Hasta aquí el Padre Esteban en carla al Rvmo. Padre Llerena. El cronista del Boletín Eclesiástico de Pamplona hace notar un detalle relativo a l fondo del sermón del Siervo de Dios. No hizo la más ligera alusión a sucesos pasados, ni a la revolución española, ni a la guerra, ni a la circuns– tancio de ser en el mes de Agosto las fechas c;ie su salida del convento y su reingreso. Esos asuntos, si bien hubieran interesado hondamente al público, se enlazaban con la po– lítica; y "nuestro misionero nunca quiso bajar de su pedestal de apóstol. Diríase que desde Agosto de 1834 hasta Agosto de 1879 había vivido en el convento sin que ocurriera nada anormal. ~._ Permaneció el Padre Esteban en el convento de Pam– plona ha sta bien entrado el mes de Septiembre, dirigiendo las necesarias reformas de la Casa y encauzando la vida regular de la Comunidad. (l) Como maestro de obras trabajaba en el convento don Antonio Atondo, hombre bonachón, piadoso y muy devoto de la Orden Capuchina. Este buen señor nos refería, años más tarde, la siguiente anécdota: Mientras él realizaba los trabajos de reparación y re– formas, cada uno de los religiosos le daba su parecer im– poniéndole su criterio. Todos querían mandar. Hablaban mucho por los tránsitos. Don Antonio vociferaba al verse a cosa do por ta nta diversidad de disposiciones. Los que tu– vimos la suerte de conocer a este bendito varón, sabemos (1) La nueva Comunidad fué integrada por Jos Padres Gui– llermo de Ugar, ex-misionero de Venezuela; Francisco de Viana ; Camilo de Cirauqui; Cayetano de Igualada y Estanislao de Reus; Jos cor istas Fray Berar do de Cieza y Manuel de Potes; y los legos Fray F ermín de E cay y Serafín de Peruiieda, con tres aspirantes. Así lo consigna el mismo Padre Esteban en la carta citada ; y aña– r!c que cree vendrán tres o cuatro más de los ex-claustrados; que se puede esperar poco de la generalidad de los que estaban fuera del Claustro, por que de tantos como hay, sólo uno ha asistido a la inauguración. Y temo, agrega el mismo Padre, que si viene alguno, venga a poner discordia entre estos, que se hallan con el mejor espíritu de observancia r egular (carta 6 de Agosto de 1879). Los tres ex-claustrados que esperaba eran los Padres Isidor o de Cildoz, Scbastián de Vera y Santos de Ir uñela. Per o antes que estos tres se r eintegraron al convento de Pa¡nplona Jos Padres Patricio de Bar asoain y F idel de los Arcos.

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