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440 El Padre Esteban de Adoain ---- ----------------------- confesaron con él muchas personas apartadas de la Reli– gión; y muchos regularizaron su vida conyugal; que todo Antequera estaba lleno de la fama de santidad del Padr~ Esteban. Y esto se vió también cuando llegó la noticia de su muerte, que el concurso a Capuchinos parecía un ju– bileo.. De aquella ciudad pasó nuestro misionero a Sanlúcar de Barrameda, punto donde, según dijimos, las masas in– controlables desataron sus instintos durante la revolución de los cantonales. Salió de Antequera con el Padre Satur– nino de Artajona el día 16 de Abril, es decir, sin tomarse un día de descanso. Pernoctaron en Sevilla; y navegando por el Guadalquivir, arribaron al puerto Bonanza a las once del mediodía. Esperábanles allí las comisiones del Clero y Ayuntamiento de Sanlúcar y algunos señores con sus coches. El recibimiento que se les dispensó fué solemne, cantándose un Te Deum en la Parroquia. El día 18 comenzó el Padre Esteban la misión como en Antequera, paseando la imagen de la Divina Pastora por las calles; y luego, el mismo concurso, idéntica conmoción de las muchedumbres, observándos.e que después de tres o cuatro días de predicación, comenzaron a asistir gran nú– mero de personas conocidas por St;S ideas avanzadas y no pocos de los más feroces cantonales, lo cual causaba gran admiración en la ciudad. El concurso era tal, que se hubo de colocar el púlpito cerca de la puerta de la iglesia para que pudieran oír los de dentro y los de fuera. Cuando nuestro Padre Esteban iba a dar por terminada la misión, se le presentó el Alcalde y le rogó en nombre de la ciudad que continuase la predicación unos días más; in– dicándole que convendría hacerla en el templo de Santo Domingo, el más espacioso del dilatado barrio de abajo, a fin de que pudiesen oír sus sermones los que no habían po– dido ocupar lugar en la Parroquia. Y añadió: «De los ocho mil hombres que aproximadamente tiene Sanlúcar, cuatro mil lo menos son cantonales; y ahora que están conmovi· dos, no conviene perder esta ocasiÓn» (1). ·. En efecto, el día 29 fué trasladada la imagen de la Di– vina Pastora a la citada iglesia, seguida de una inmensa (1) Cuaderno IV, pág. 11 de la Copia, Archivo del Vice-pos– tulador, Carpeta III, n. 5.

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