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436 El Padre Esteban de Adaain época revolucionaria, eran recientes. Los que las habían producido estaban aún vivitos y coleando. Al aparecer la República en Febrero de 1873, los r~pu­ blicanos se jactaban de haberla presentado al país sin dis– parar un tiro y sin derramar una gota de sangre. Pero cuan. <i_o Pí y MargalL republicano federal, formó gobierno en el tries de Junio, varias ciudades de Andalucía se proclama– lOn en cantones independientes, así como Barcelona, Valen– cia, Cartagena, Alcoy, entregándose las masas incontrola– bles a los excesos más repugnantes. En Sanlúcar de Barrameda y en San Fernando fueron expulsados los Padres Escolapios, única Congregación re– ligiosa de varones que existía. Las iglesias fueron asaltadas, incendiados los altares. En Sanlúcar de Barrameda fue– ron llevadas las imágenes sagradas al castillo y luego fue– ron fusiladas. Fué violada la clausura de las Monjas y abiertas las sepulturas de ellas, creyendo que contenían te– soros escondidos. · Cierto que los hechos más vandálicos cesaron al formar Gobierno Salmerón y luego Castelar, el cual decía que así como toda monarquía debe ser liberal, toda república debe ser conservadora; cierto también que al advenimiento de Alfonso XII comenzó un régimen francamente conservador, según hemos notado en otro capítulo, pero el llamado pue– blo no entró en cordura. El odio a la Religión y al Clero "nvenenaba los corazones; el polvo de las luchas callejeras flotaba en el espacio saturado de rencores; los ecos sinieF· \ros de los gritos contra el Papa y los frailes resonabru> uún por las calles. Las masas continuaron viviendo en ]<"1 npostasía; los feroces cantonales no renunciaban a su.o ·:mhelos de libertinaje. Los Sacerdotes no circulaban por la~ ralles sin oír insultos, amenazas y blasfemias. El lector perspicaz habrá fijado la atención en las pa– labras con que empieza el Padre Esteban su párrafo: .noF 'non recibido muy bien todas las corporaciones y nos hall' ofrecido toda protecciÓn». Nada dice de la benevolenci~ del público. La protección ofrecida por las autoridades, esto indicando que no había confianza en las masas. •Si hay paz, no nos faltará nada•. Con estas palabra&. las últimas de su carta, da a entender que no confiaba eJC" una paz duradera.

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