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432 El Padre Esteban de Adoain escril:e el cronista del Boletín de la Diócesis, la iglesia es– taba tan llena que hasta el presbiterio, el coro y sus esca– leras, las tribunas y el ·órgano veíanse ocupados por una multitud apiñada. Con este concurso extraordinario se co– menzó y se concluyó la misión, dando ejemplo la Corpora– ción Municipal». (lbid.) El día 12 de Marzo a las dos de la tarde salían los dos misioneros acompañados de dos pueblos, Andosilla y Cár– car, que en masa se lanzaban a ellos con el ímpetu propio del ribereño navarro. En San Adrián salió el Ayuntamiento en pleno seguido de toda la población, desarrollándose una escena inenarrable al reunirse con los que llegaban. Las calles de la villa hallábanse engalanadas. En la más cén: !rica se levantaba un hermoso arco de triunfo adornado de ramaje y banderas. Los misioneros apretujados por la ava– lancha, no podían caminar. Fué preciso apelar al auxilio de los soldados forales para abrir paso. Así llegaron hasta. el río Ebro, después de haber caminado dos leguas. El clero· y el Ayuntamiento entraron en la barcaza. Desde ella el Padre Esteban, teniendo a su lado el estandarte de la Vir– gen, dirigió las últimas palabras. a aquella muchedumbre ·que le miraba atenta y le escuchaba en silencio. Exacta reproducción de la escena evangélica desarrollada en la orilla del lago Genesaret. Cuando el Padre Esteban levantó el Crucifijo y les dió la bendición, cayeron todos de rodillas. Al moverse la am– plia barca, no se oían más que sollozos y vivas. No se levantaron aquellas muchedumbres hasta que perdieron de vista a los misioneros, que desaparecieron en la orilla opuesta. Pero ¿a dónde se dirigían los misioneros al pasar el Ebro? Nos contesta el mismo Padre Esteban en una carta suya (1). Estábamos destinados para Azagra, Lerín, Menda– vio, Funes, etc. Pero Dios Nuestro Señor tenía dispuesta otra cosa. Estando en la misión de Andosilla, recibí carta del Reverendísimo Padre Comisario Apostólico que me decía, que terminada aquella misión, me pusiera en camino con mi compañero para Antequera. Así es que el 12 de Marzo a las seis de la tarde entramos en el tren en Calahorra; Y a las nueve de la mañana del 13 estábamos en Madrid; y el (1 ) Car ta a su hermano don Martín. Fecha 21 marzo 1877.

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