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420 El Padre Esteban de Adaain siempre descubierta. En el trato con la gente era recatadí– simo. No daba la mano a las mujeres al saludarlas, ni si– quiera a las parientes más próximas. Yo supe por haberlo. oído a los individuos de mi casa en la que se hospedó mi venerable tío, que pasaba gran parte de la noche rezando. Su lecho se encontraba todos los días intacto. Nunca se le· oyó queja alguna contra los que le persiguieron .. • La declaración siguiente es del prestigioso caballero D. Severiano Blanco ex-diputado y Depositario de la Dipu– tación Foral y Provincial de Navarra: «El Padre Esteban gozaba de fama de virtud extraordinaria; y por esto procu– rábamos ir a sus sermones y oíamos su predicación con entusiasmo. Traté con él personalmente, y observé que estaba adornado de las virtudes de humildad, modestia, mansedumbre y penitencia. Y este era el juicio que todos tenían formado de él .. • De las declaraciones de D. Pedro Marcuel!o consan– guíneo del mismo Padre Esteban, recogemos alguna, por referirse a detalles significativos: ·Me consta que era fru– gal y sobrio en la comida. Desayunaba café negro sin azú'– car ni pan. Celebraba la Santa Misa muy pausadamente. Su presencia causaba veneración. Nunca le oímos mur– murar de nadie. No se entretuvo por estos pueblos en ter– tulias, ni juegos con los curas ni con los seglares .. » El día nueve del mismo mes (de Septiembre) se trasladÓ· a Navascués, donde pensaba encontrar al señor Obispo que no llegó hasta el día doce. El día diez comenzó el Padre Esteban su misión concurriendo a oirle los pueblos de Bi– güezal, Ustés y Aspurz con sus párrocos, así como el señor Obispo que asistía a todos los actos. Nuestro misionero tra– tó con el piadoso Prelad'? el asunto de la reapertura del Convento de Pamplona, rogándole interpusiera su valimien– to ante el Gobierno. El Obispo tomó como suya la empresa; y aunque no se consiguió por el momento el establecimien– to de la Comunidad, fué un hecho tres años más tarde, como se dirá en otro lugar. Otorgóle además amplio per– miso para emprender una intensa campaña misionera por toda la diócesis. Del día veinticuatro de Septiembre al seis de Octubre, predicó en el santuario de Santa Fe, situado en el centro del Valle Urraul-Aito, al que pertenece Adoain, aldea na– tiva de nuestro Padre Esteban. Nunca se vieron tan nume-

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