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La revolución y los Capuchinos 381 - Señor, está enfermo. ¿Qué se le ofrece? - contestó el Padre con serenidad. Mas el jefe, impaciente, gritó una y otra vez: -¿Dónde está el Superior? Algunos soldados irrumpieron en el interior, traspasan– do el umbral. llevando sus fusiles con la bayoneta armada. - ¡Señor! --dijo el Padre Esteban- esperen que trai– gan luz. No esperaron, sino que entró un piquete numeroso. Y el jefe continuaba dando órdenes y distribuyendo solda– dos por los tránsitos y enviándolos a custodiar las celdas y dependencias, después de haber dejado buen número c-er– cando el Convento. El militar a quien tocó la triste suerte de desemoeñar el papel de pequeño Nerón, era D. Valerio Irungaray, Co– ronel del Ejército de Guatemala, muy entusiasta de García Granados y anticlerical muy destacado. Para tomar el Con– vento y hacer prisioneros a los frailes llevó quinientos hom– bres de infantería y tres piezas de artillería, las cuales fue– ron emplazadas en las avenidas de la ciudad. Apenas apareció el Padre Guardián del Convento, pre– guntó el Coronel por el número de religiosos que integra– ban la Comunidad y tomó nota de sus nombres. Le intimó la orden del Gobierno de salir de la República, dándole 11na hora de tiempo para reunir a los religiosos y recoger las. cosas de su uso personal. Preguntóle el Padre Esteban para dónde era la mar– cha. Contestó el militar que tenía orden de no manifestar a nadie. Pero un subalterno del Coronel dijo al Padre, en secreto, que les iban a conducir a la frontera de Méjico. Momentos después, el Padre Esteban ~equirió la pre– sencia del Cura de la Parroquia de San José, que había ido· al Convento para hacerse cargo de los vasos sagrados, e hizo también acercarse a los señores Alcalde y Concejales que acababan de llegar; y en presencia de todos ellos ha– bló al Coronel diciendo: - ¡Señor! Sé positivamente que nos quieren conducir a la frontera mejicana. Como europeos, protestamos de esa Violencia que se quiere ejercer con nosotros (1). El Gobierno (1) Ya dijimos que en Méjico imperaba en aquellos años la revolución traída y sostenida por el sectario Benito Juárez.

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