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354 El Padre Esteban de Adoain El sufrido Padre Esteban no se acordaba que era un sexagenario. Había andado caminos tan pésimos como el de Joyabaj; pero en sus buenos años parecíanle fáciles ave. nidas. Continúa sus apuntes nuestro egregio misionero: .Tan pronto como se supo la llegada de la misión por los montes, los ladinos concurrieron de ocho y diez leguas. Aquellos que tomar~m las armas con el faccioso Serapio Cruz, fueron los primeros en presentarse... » (!bid.) Lo que el Padre Esteban dice de Joyabaj, aconteció en Zacualpa; y después en Canilla, donde establecieron misión en una casa de campo cuyo dueño llamábase Domingo Si– cal. Todo el valle de Canilla se había pronunciado por el revolucionario Cruz; muchos de E-us ·hombres tomaron- parta en el incendio de Huehuetenango. Hubo individuo que pren– dió fuego con sus propias manos a cinco edificios. Los de Caiülla se hallaron en el combate de Palencia en que pere– ció el general Cruz. Sobre todo ello, la licencia de costum– bres era desenfrenada y espantosa. Con pretexto de que se hallaban muy distantes de la Parroquia, nunca se preocu'pa– ban de sus deberes religiosos. Eran muchos los anciános que no habían hecho aun su prim~ra Comunión, ni se habían confesado jamás. Todos se portaron con suma docilidad. El día dieciocho se trasladaron a Sacabcijá, donde bastaron 1res días para ganar todo el pueblo. «El veintiuno, a las cin– co de la tarde, salimos de San Andrés Sacabajá y fuimos a pernoctar a un ranchito que se halla en la mitad del camino a orilla del río Pacogüech. Celebrada la santa Misa em– prendimos la marcha río arriba; y como a las dos leguas tomamos la montaña ascendiendo hasta ganar la cumbre desde donde se ven las serranías de Nebaj, Cumen, Ustapán y otras. La bajada es larga, resbaladiza y pedregosa. Hay tales barrancos y precipicios, que causan vértigo y hay que proceder con sumo CJ.Iidado y serenidad. Pronto vimos el pueblo .de Sacapulas. Salió toda la gente a toque de cam· pana y tambores... » (1) El día 28 del mismo AbriL desoués de pasar la noche en _Jocopilas, comenzaron la predtcación en Santa Cruz. Cierto individuo que se sintió subyugado por la palabra Y virtud del Padre Esteban, creyó que no podía ser un ~ornbr~ como los demás; y no pudiendo resistir la duda y cunostda (1) Ibid. p. 151 y sig.

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