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Prelado y Misionero 35! El movimiento insurrecciona! estaba dominado. Pero los -vencidos seguían siendo rebeldes. El corazón no se gana con ]as ·armas; no puede ser conquistado sino por otro corcrzón. El presidente Cerna lo sabía por experiencia. Había visto al buen Padre Esteban aclamado por otra zona rebeide. y estaba además bien informado de todo lo ocurrido en El Salvador. Por eso se apresuró a escribirle, suplicándole que rece– mese los pueblos que habían sido el principal baluarte de la insurrección, expresándole los nombres de los mismos. Además el Ministro de la Gobernación y Justicia Don Manuel Echeverría le comunicó en 18 de Febrero que iba •a pasar orden a las autoridades de los Corregimientos de la mar– cada pista m"isionaria, a fin de que nada falle a los misio– neros;. y le ruega que se sirva poner en conocimiento del su– premo Gobierno lo que ocurra en las poblaciones que visi– tará y proponga al mismo las medidas que conozca oportu– nas Fara el restablecimiento del orden•. (Cronicón L. 2.' ca– pítulo 1). Llególe aún al Padre Esteban otra carta. del mismo Mi– nistro, el cual se remite a la del señor Presidente de fecha nueve de Marzo, de quien 30n las siguientes palabras: «con zelación a los facciosos que se acojan a la santa misión, implorando el perdón· por n¡.edio del misionero, pueda este concederlo desde luego, excepto a los que sean reos de cir– cunstancias agravantes que son muy pocos». (Nombra cinco sujeto~ reos de delitos comune3 más graves). (Cronicón, ibidem). No conocemo3 otro caso seme jante a este en la Historia. Ignoramos si algún Sacerdote ha sido honrado antes o des– pués de nuestro egregio misionero con facultades tan am– plias y tan trascend<::·ntales por un Jefe de Estado. Este hecho honra mucho al veneráble Padre Esteban y honra también <I] Presidente y a todo su Gobierno. No pudo el misionero comenzar inmediatamente la es– piritual campaña en los pueblos sublevados por hallar3e comprometido con fecha señalada para la misión de Tecpám, que fué de gran efecto y de resultados positivos, tanto qu·:'! los fieles empeñáronse espontáneamente en edificar un-=r re– Bid€·ncia de Capuchinos comenzando, sin más requisitos, a Preparar los cimientos; proyecto y empeños que no fueron <Iceptados por la Orden.

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