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350 El Padre Esteban de Adaain ~~--------~~~~~~~~~~------------- el Comandante no tenía orden de llamar reclutas a filas y rebas6 la línea de sus atribuciones. Bastó el pregón militar para que todos los varones se escondieran, sin que nadie les viera más el pelo. Diríase que se los tragó la tierra. · Lame~tó mucho el misionero .lo que ocurría. Trató de tranquilizar al público. Se empeñó en recabar del Coman. dante, que se atuviera a las disposiciones del Gobierno y revocara la orden pregonada. Nada consiguió de él. En vista .del fracaso, el Padre Esteban suspendió la mi– sión cerr.ándola el día 26 con la Bendición Papal, es decir diez días antes de la fecha que se había propuesto. El día 27 la población acompañó largo trayecto al misionero c-on antorchas encendidas. El día 28 murió repentinamente el Comandante. El público impresionado, exclamaba: •¡Ya se lo dijo el misionero, justo castigo de Dios! .. » En el convento preguntaban los religiosos al Padré Es– teban por el- fruto de la misión. El Padre contestaba: <El fruto lo ha hecho d Comandante para estas horas .. ». Graves y sangrientos sucesos conturbaron la república de Guatemala. Era presidente el General Don Vicente Cerna, que había sido elegido por la Asamblea, para sustituir a Ca– rrera, fallecido en 1865. Al ser reelegido Cerna en 1869 se registraron algunos disturbios provocados por revolucionarios.. Seguía esie la misma política conservadora que su antecesor, pero faltába– le el prestigio de tan inteligEmte estadista y no era tan res– petado. La revolución aprovechó el ambiente y hacía ensa· yos de tanteo. Iba a la cabeza el general Don Serapio de la Cruz, que ya en 1868 inició un movimiento, que fué fácil– mente sofocado en Huehuetenango, capital del departamento más occidental de la república. En Enero de 1870, volvió a hacer armas contra Cerna. sublevando buen número de pue·blos de los departamentos de Chiir,al!enango y Santa Cruz. Pero el audaz general murió en el combate de Palencia el _día 23 de Enero, siendo derrotadas sus fuerzas. A fines del mismo mes el Padre Esteban, sin impresio– narse por los acontecimientos bélicos, predicaba misión en Mixco, pueblo próximo a la capital. con los éxitos y entusias· mo de siempre.

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