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El Padre Adoain, Com:..:i.:_•a:_rc.:i_::_o_G:_.:_en:.:_e:_rc.:a:..:l_____3:_3.:_7:._· ¡os novicios y religiosos jóvenes y les preguntaba si estaban. contentos, si sufrían alguna angustia de conciencia, si esta-· ban bien de salud. Cuando había algún enfermo, visitábalo·· una o dos veces cada día y éi mismo entre:gábm;e a la lim– pieza de la celda y de los ·objetos más repugnantes. Solía exhortar al hermano cocinero a que cuidase lo mejor po~ible. 0 los religiosos, singularmente a los delicados de salud. Veamos su gran corazón en una carta que dirigió a un. religioso prófugo: .Antigua Guatemala, 26 de septiembre de 1869.- Mi estimado Fray Elías: Por la muy apreciable carta de vuestra. Caridad de fecha 17 del pasado, que me ha sido entregada. por Fray Diego, veo que después de muchas vicisitudes, Dios nuestro Señor le ha conducidc a esa ciudad (de la Habana). Veo con mucho placer que V. C. desea volver a su centro a pasar los días que el Señor le quiera .conceder, entre sus Hermanos. Esto me ha llenado de alegría el corazón. .Por lo· mismo tomo la pluma para manifestarle que para todos y singularmente para mí, sería sumo contento que viniera a Jlenqr el vacío que dejó. No dude· que todos lo deseall; y to– dos se alegrarían que cuanto antes se llegue por este su convento. »Pertenece V. C. a esta familia, y nuestro Padre. San Francisco quiere que viva con sus buenos Hermanos, traba– je con ellos en bien de estas pobrecitas a lmas hasta el últi– mo aliento de su vida. Si viene, quizá me animaré a poner un Hospicio en Mox, donde V. C. le conocen. Venga, pues, venga. »Ahora le voy a comunicar lo que se ha hecho y cómo estamos. Ya sabrá V. C. que soy Guardián y Comisario Ge– neral. Desde el primer día que salí elegido Superior por unanimidad de votos, no ha entrado en el convento ningún seglar ni Sacerdote, fuera del médico, síndico y los que vie– nen a ejercicios. Se ha puesto una puerta en el arco donde.. está la campanilla. Se han colocado persianas en todas las. ventanas que dan a la plazuela. Se han extirpado algunos abusos y goz·amos de una paz y tranquilidad octaviana. Has– ta ahora en todos veo una sumisión filial y ciega obediencia. En Santa Tecla (Nueva San Salvador) se halla de Guardián Fray Pedro, y Vicario Fray Lorenzo, con cinco discípulos mo– ralistas. Aquí Fray Joaquín tiene otros cinco. Hice esta di– Visión para que aquí haya más lugar y allí se establezca la 2Z