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Continúa del tema el anterior 325 --- ceE-O del día veinti,uno de junio; sino lo ocurrido con las llu– vias durant!i la misión. Cuando el día trece de Mayo habícm salido nuestro; misioneros de Nueva San Salvador, era -ya Ja época de las lluvias; y eran tan copiosas, que los caminos estaban intransitables. Entraron los dos Padres con su es– tandarte en la villa y desde el mismo día no cayó una sola gola de agua en todo un mes entero. Y cuando comenzó de nuevo la lluvia. los aguaceros torrenciales caían a la hora de la madrugada·solamente, dando así tiempo para que se secase el suelo y se pudiese predicar en la plaza. Tan rara casualidad fué muy comentada. Los religiosos de Antigua, que tuvieron luego noticia de ella· conservaron siempre vivo recuerdo de la misma y se la oímos referir con ponderaciones propias de algo extraordinario. El .Señor Obispo de El Salvador, que día por día se in– formaba de la marcha y fruto de la misión, escribió dos ve– ces a los misioneros felicitándoles y alentándoles a conti– nuar tan fecunda labor. El día quince de Julio, a la mañana, después de dos meses de predicación, salieron de la ya famosa villa ambos misioneros, con dirección a su convento de Nueva San Sal– vador. Descansaron algunas horas en la Hacienda .«San Cristóbal», donde más de quinientas personas se aprovecha– ron de la presencia de los Padres para confesarse y oír sus exhortaciones. ·
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