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Continúo el tema dE>I anterior 323 ------------------------~--~~~----------~~ tranquilizarlos y restablecer el orden. Todos sus esfuerzos fueron inútiles. Se situó con el Padre Capellades en medio de la pl:::tza y entonaron la Salve; pero no cesaban los ala– ridos y gritos del público. Entonces rompió corno pudo por los grupos de aquella 111 uchedurnbre consternada, subió al púlpito y entonó la le– trilla Perdón oh Dios mío, invitando a todos r7 hacer un acto de contrición. ¡Cosa admirable! Súbitamente se serenaron los ánimos, se tranquilizaron las agitadas conciencias, cesaron los ala– ridos. Y pudo oírse perfectamente la voz del Venerable Padre Adoa in. Momentos después corrían unos a la iglesia pidiendo confesión, otros a la casa de los misioneros, que se llenó de gente, incluso el patio. Muchos se habían refugiado en las tiendas. Los hombres sin poder resistir los remordimientos de su conciencia se hallaban acobardados, mucho más que las tímidas mujeres. Corrían atolondrados de- una parte a otra sin hallar seguridad en ninguna, porque según decían, aquellos monstruos les perseguían. En la plaza quedaron abandonados en el suelo zapatos, anillos, rebozos, pañuelos de seda, bolsas de dinero, joyas de gran valor. Este raro suceso fué -ruidosísirno y causó honda irnpre-. •;én. no wlo en El Salvador, sino en Guatemala y Hondu– ras. m Nuestro misione-ro · se lo comunicó al Reverendísimo Padre Comisario general y Guardián de Guatemala, en carta escrita y remitida desde Chalatenango, pero antes que llegase la carta, ya había llegado la fama del suceso. No vamos a discutir la naturaleza de caso tan extraor– dinario. Solo haremos una breve observación. ¿Negaremos a ojos ·cerrados, que el Señor quisiera va– lerse de un medio sorprendente para acreditar la evangé– lica predicación de tan abnegado misionero o que quisiera Valerse de un prodigio para preparar el camino a la divina Gracia, único modo de salvar aquellas almas obstinadas en la culpa? - 20 (1) El Cronicón dice que este acontecimiento tuvo lugar el día te de· junio. El P. Esteban de Adoain afirma que fué el 21. Nos a nemas a esta última fecha.