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304 El Padre Esteban de Adoain --------------------------------------------------- rio, singularmente el señor Obispo, al ver que .ya habícr conseguido cuanto deseaba. »Se nos entregó el colegio para que lo convirtiéramos en convento o desde aquí nos trasladáramos a otro lugcrr si este no nos convenía. ' »Antes de pensar en comenzar la fundación, nos pare. ció conveniente predicar una misión. Era una verdadera ne. cesidad porque las guerras y demQ:s trastornos tenían crl país enteramente desmoralizado'». (1) Solo incidentalmente y como de paso habla después el Padre Adoain de la excitación que reinaba en la repú. blica. Pero consigna claramente la tirante rivalidad que halló entre los dos partidos políticos denominados •dueñistas» y ·barristas», .así. como las reuniones clandestinas que estos últimos celebraban preparando la revolución. Se había me– tido, pues, en un avispero peligrosísimo. La ciudad de Nueva San Salvador, llamada también Santa Tecla, había sido fundada. hacía pocos años, para sus-. tituir a la capital que quedó derruida por un fuerte terre– moto. Desde 1855 hasta el 59 fué capital de la República. Fué edificada a catorce kilómetros del lugar que había ocu· pcido la Antigua San Salvador. Dista unos setenta kilómetros de la frontera de Guatemala. .Es capital del departamento de la Libertad. En aquella época tenia 30.000 habitantes. Allí sentó sus reales nuestro misionero; y comenzó una campaña de las más brillantes de su vida y la más trascendental . para la república. (1) C. III, p. 85.
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