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286 El Padre Esteban de Acioain y los diez jóvenes aspirantes. Ahora somos ya treinta re¡¡. giosos. En el convento nada nos falta, porque. estamos a] cuidado de la Divina Providencia. Es admirable ver que somos treinta y nueve de comunidad, y que haya casi siem. pre veinte jornaleros entre carpinteros y albañiles y que en las obras se han gastado quince mil duros, habiéndose quizá de gastar otros seis mil más, y nunca nos ha faltado nada. El tesoro de la Divina Providencia es inagotable•. A estas notas del Padre Matará hemos de añadir otra del Cronicón: «Al fin de este año (1860) se terminó la fábrica de este convento, por ahora el primero y único de Capuchi– nos de Centro América. Y se dió principio al trabajo de la Iglesia grande». (pág. 93). Comienza nuestro misionero el año 1861 con la misión de Tocoy, del departamento de Progreso y en el límite del dep-artamento de Salamá el más céntrico de la República. Fué Tocoy centro de reunión· de gran número de pueblos de ambos departamentos durante la misión. Lo mismo pue– de decirse de la villa de San Agustín, donde diariamente se contaban unos cuatro mil oyentes. • Del departamento de Progreso se fué al de Chiquimula, pasando luego a esta capital, en la que se quedó hasta el dieciseis de Abril. un mes entero. El por qué de una misión tan larga en Chiquimula nos lo va a decir el mismo Padre Adoain con noticias interesantes: «El día nueve salió la Divina Pastora de la ·hermosa iglesia de San Agustín en medio de sus nuevos hijos que entonaban cánticos de alabanza. Más de dos mil personas la siguieron hasta la Magdalena, donde la esperaba toda la aldea con arcos y flores y otras demostraciones. Cantada la Salve en la iglesia, se volvieron los de San Agustín. Y los de Magdalena la acompañaron más de una legua. · »Pasamos la fuerza del sol• en un rancho, donde des– cansamos y rezamos el Oficio Divino. Desde el momento que supieron los de Jícaro y· Acazaguastián, llegaron para ir acompañándola hasta su iglesia. Serían como las tres Y media cuando salimos y fueron siempre cantando hasta la parroquia,. y acto continuo se abrió la santa misión. »A los tres días de misión recibimos orden superior para pasar a hacer la misión de Chiquimula por el empeño que hicieron a su señoría Ilustrísima aquel señor Cura y -el Ge·

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