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El Misionero en El Salva_d_a_r_______2_6.:...::.5 Hállase dividido aquel Estado en catorce Departamen– iOS· Los de Santa Ana y Ahuachapán son los que confinan con Guatemala. Desde que se hizo . independiente de España hasta la época en que predicó el Padre Esteban de Adoain, sostuvo una serie de guerras motivadas principalmente por la dife– rencia de pareceres de otros Estados acerca de si consti– iUifían una Confederación o si serían Repúblicas indepen-· dientes. Por los años de 1859 era Presidente del Estado o Re– pública de El Salvador, Don Gerardo Barrios. Estaba afilia– do al partido liberal-revolucionario. cLa religión católica, dice el Padre Adoain, se conserva en El Salvador por una especial providencia del cielo; por– que desde las primeras asambleas (celebradas por los po– líticos después de su independencia) parece que se propu– sieron despojar a la iglesia de todos sus derechos.. abrien– do sus puertas a una espantosa desmoralización. •Esta llegó hasta su colmo, añade el Padre Adoain, du– ran!& la presidencia de Barrios. Expuls6 a los sacerdotes que se negaron a jurar el impío Código Fundamental del país; y el pueblo quedó sin sacerdotes y sin Prelado, que tuvo que abandonar sus ovejas y mendigar el pan en la Repú– blica de Guatemala». (l) Conspiró frecuentemente Barrios contra Ca;rera, tari significado por su bien entendido clericalismo. Pero ya ten– dremos ocasión de ver el desastroso fin de tan pertinaz conspirador. El Obispo de San Salvador, Don Tomás Miguel Pineda Saldaña que todavía se hallaba en su sede, había dirigido varias cartas al Padre Adoain, rogándole pasara a su dió– cesis para predicar una serie de misiones en las principales ciudades. Había puesto antes su proyecto en conocimiento del Presidente Barrios, para evitar que la llegada de los mi– sioneros fuese interpretada como un movimiento político, ya que los ánimos de los •Padres de la patria» estaoan tan me– diatizados en este sentido. · · · Asegurqdo de ello nuestro prudente misionero, dió su ~espuesta afirmativa, no sin consultar, antes con su propio Uperior y con el Arzobispo de Guatemala. ~ (1) C. III, p. 99.

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