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Mensciero de pez 259 despedidas han sido acompañadas de muchos llantos• (1). El P. Adoain lo atribuía todo a la Divina Pastora. Pero el Prsidente de la República, don Rafael Carrera, sabedor de que aquella región había quedado limpia de rencores fratricidas y de inmoralidades, dirigió con fecha ocho de Ju– ¡¡0, una expresiva carta al Superior de Capuchinos, dándole las gracias por la eficaz actuación del Padre Esteban de Adoain y anunciándole el envío de cien duros como limosna. •Por haber principiado la época de las lluvias, nos reti– ramos, dice el Padre Adóain. El día diecisiete de Mayo, lle· qué a mi convento de la Antigua». Creyó nuestro insigne misionero que durante la época de las lluvias iba a estar en su convento, olvidado de todos y con quietud suficiente para entregarse a la oración, como Jesucristo en el desierto. El día diecisiete. llegó al convento. Pues el veinticinco ya hubo de salir con su estandarte y su crucifijo. Había reaparecido el cólera morbo en Tejar. Y sus habitantes, aterrados, llamaron q los Capuchinos. La población de Ch1· maltenango, que da nombre a su departamento, hizo lo propio, llamando urgentemente al Padre Esteban. Fué a Tejar el Padre Llisá y a Chimaltenango nuestro Padre Adoain, que fué recibido solemne y entusiásticamente. Comenzó su predicación en el templo parroquiaL pero iba aumentando el auditorio día por día en tales proporcio– nés, que fué preciso trasladar la misión al templo nuevo que aun estaba en construcción. Hubo novecientas ochenta comuniones. Y se terminó la misión eón demostraciones de un entusiasmo indescriptible. Por fin pudo disfrutar de su retiro conventual y prac· licor los santos ejercicios con todo sosiego. En el mes de noviembre hubo de co'if1enzar una nueva campaña. En primer lugar otro recorrido por los departa– mentos de Escuintla, de Santa Rosa y Jutiapa, para terminar la labor de limpieza. Palin~ Escuintla, Mazagua, Guanaga– zapa, Taxisco, Guazacapán en los meses de noviembre y diciembre; y Chiquimulilla, Conguaco, Jalpataqua, Comapa, .ll.zacoalpa, Cuajiniquilapa y La Vega en los primeros me– Bes de 1859. No describimos al detalle este triunfal recorrido; habrío- (1) Cuaderno II, p. 106.

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