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256 El Pádre Esteban de Adoain ~~--------~~~~~~~~~------------ Nuestro Padre Esteban quedó encargado de una ernpre. . sa ardua y peligrosa: Pacificqr tres extensos departamentos comenzando por la ciudad de Santa Rosa, foco de la insu: rrección. El Gobierno y las demás autoridades no discurrieron mal. según lo demostrará el resultado. El Padre Adoairi aceptó sin vacilar el compromiso, ha. 0 ciéndose cargo de la grave responsabilidad que asumía y confiando en la intervención de la Dulce Pastora de las al– mas. Lo raro es que no le acompañó ninguno de los Padres de su comunidad. ¿Es que lo dispuso así el Padre Uriarte, Párroco de Santa Rosa, pará llevar Padres de su orden, com- pañeros suyos? Es probable. · El día seis de Enero se trasladó a la capital de la Re– pública. Sin duda celebró alguna entrevista con el Presi– dente señor Carrera y con el Prelado. Enterado del plan, que era dar varias misiones en los puntos más indicados de la región sublevada, unióse con dos Padres Recoletos Hermenegildo Aguilera y Manuel Sil– va, que serían sus auxiliares. Muy de madrugada salieron el día siete en dirección sureste hacia la ciudad de Santa Rosa, que da nombre a su departamento. Habían de recorrer una distancia de más de cuarenta kilómetros. El Ayuntamiento les proporcionaría cabalgaduras. Así lo suponemos. No existía carretera. Sor– teando la serie de montículos, que se prolonga en una ex– tensión de once kilómetros, dejando después a su izquierda el cerro Tahuacal y las cumbres.de Don Justo y las del Tular de San José, llegaron antes de las cuatro de la tarde al río de la Plata. Allí les esperaba el Párroco Padre Üriarte con buen número de feligreses. El Padre Adoain desplegó su clásico estandarte de la Divina Pastora. Cubriéronle honorÍ· ficamente con el palio, que el párroco tenía preparado y for· maron procesión cantando letrillas de alabanza a la Virgen. En la iglesia parroquial de Santa Rosa, el Padre Adoain hizo la apertura de la Misión pronunciando un vibrante dis· curso, lleno de unción evangélica, sin mencionar. siquiera indirectamente los pasados sucesos, ni hablar palabra acer· ca del estado de los ánimos o acerca de las circunstanciaS especiales de la ciudad y de la comarca. Nada hizo, ni dijO que pudiera irritar llagas abiertas. Su sermón produjo un efecto magnífico. Al día siguiente duplicase el auditorio. P..

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