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CAPITULO XXIV MENSAJERO DE PAZ (1858-59) -~LZAMIENTO CONTRA EL GOBIERNO.-OPORTUNll. INTERVENCION DEL Pft.. DRE ESTEBAN.-EL PUEBLO RINDE LAS ARMAS.- TRIUNFAL RECORRIDO POR LA REGION SUBLEVADA.- FERIANTES Y PENITENTES.- LAS ESCENAS SAN GRIENTAS Y SACRILEGAS DE CONGUACO Y EL PADRE ESTEBAN. E NTRAMOS en el año 1858, más fecundo aún que el anterior, por lo que a nuestro Padre Adoain se refiere. Empieza con una intervención de suma trascenden– cia, encomendada por el supremo gobierno de la República de Guatemala. En el mes de agosto, habíanse registrado graves dis· turbios en los departamentos de Santa Rosa, Jutiapa y Ja· lapa, situados al sureste de la República, próximos al estado de El Salvador y Honduras. Fué un conato de revolución que pudo acarrear funestas consecuencias. Los estados de El Salvador y Honduras, recelosos de la preponderancia de Don Rafael Carrera, habían conspi· rado va.rias veces contra él. El Presidente de El Salvador. Doroteo Vasconcelos, había invadido Guatemala con cuatro mil hombres, siendo derrotado por c 'arrera en Febrero de 1851. Más tarde el presidente de Honduras, general Trinidad Cabañas, unido con el revolucionario guatemalteco José Do– lores Nufio, entró en Guatemala por el departamento de Chiquimula, pero fué derrotado por Cerna y Navas; y Ca· rrera puso fin glorioso a la guerra con la toma del puerto de Omoa, siendo nombrado presidente vitalicio en 1854. El partido de los «fiebres» no se resignaba a vivir en estado de servidumbre sin participar del presupuesto. Apro·

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