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Prodigioso apostolado en Guatemala 249 ---------~--~--~------------------------- • detenía doce o quince días. No plegó el estandarte de lCr J)iv'ina Pastora en las marchas, porque los fieles de un pue– blo acompañaban a los misioneros hasta que se unían con Jos del pueblo o villa de destino. De Patzizia salieron a recibirles cerca de cuatro mil personas, viéndose gran nú- 111ero de hombres y muchachos que llevaban sobre las es– paldas, enormes cruces formadas de péSados leños, en actitud de penitencia. En Mixco comenz_Ó solo la misión, pe– ro Juego llegó el Padre Pedro de Llisá, más un Padre Reco– leto, Manuel Uriarte, que les ayudó en la tarea de confe– siones. <Por estos pueblos hay mucha maldad, pero proviene de la ignorancia." escribía el Padre Mataró. En Tecpam por ejemplo, hay más de seiscientas familias que viven en el monte a seis o más leguas de distancia y apenas aparecen en el pueblo alguna vez al año » (Carta 28 Febrero 1857). De los· habitantes de Tejar corría la peor fama. Las reyertas sangrientas y los asesinatos estaban a la orden del día. Y apenas había adulto que no estuviera divorciado y · amancebado descaradamente. «Pero la gracia de Dios que todo lo allana, escribe el Padre Adoain, todo lo transformó como por encanto : se terminó la misión y se dió la bendición Papal a toda satisfacción. Quisimos salir muy de madru– gada en silencio para no molestar a la gente y también por haber llovido; mas se dió cuenta la población de nuestra salida, se lanzaron todos a la calle, tomaron el palio, nos alcanzaron y nos acompañaron hasta la otra mision, can– tando himnos y entraron en ia iglesia de Zumpango, donde se despidieron muy emQcionados ». (Cuaderno Il, p. 101). · Cuando terminada esta· campaña se disponía nuestro misionero en el pueblo de Pastores a regresar a su conven– Io, reuniéronse miles y miles de personas de todos los pue– ~los y villas más próximas. y acompañáronle hasta la An– tigua cantando y dando vivas a la Divina Pastora y a los lllisioneros. Espectáculo que sorprendió a toda la ciudad, en la que mucha gente se unió a .la comitiva. En la puerta del COnvento dirigió nuestro· Padre Adoain una alocución a <Xquel!a muchedumbre inmensa y dió la bendición con el eat<Xndarte de la Divina Pastora. ., •Este hombre, decía alguien, podría armar una revolu– ~on en Guatemala en pocos días; y si estallara la revolu– <:ión, él solo podría sofocarla».

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