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248 El Padre Esteban de Adoain las confesiones no se terminaban, a pesar de estar cinco Padres ocupados diariamente diez y doce horas en el con. fesonario. En vista de ello se prolongó la misión una semana más. La Antigua Guatemala no había presenciado jamás es– pectá culos como los que se desarrollabaJO! durante la Mi– sión. Pero el de la tarde del 29 superó a todos. Cerca de diez mil personas se reunieron en el templo y sus inmedia– ciones, para oir la alocución de despedida del Padre Adoain y recibir la bendición Papal. Y formando luego una impo– nente manifestación piadosa, cantando las letrillas a la Di– vina Pastora, se dirigieron al convento que se hallaba en las afueras de la ciudad. Dos mil antorchas acompañaban a la Divina Pastora y a los Misioneros. Vivas ensordecedo– res, -:ánticos sagrados, ecos de campanas, mientras se mji– taban pañuelos y se elevaban manos, eran expresión clara de la transformación operada en la ciudad en los veintidós día s de misión. La fama del Pa dre' Adoain como misionero iba dilatán– dose por los pueblos. Pronto comenzaron las llamadas de Párrocos y Ayuntamientos. El cura de la villa de Balanyá o Za ragoza, que era un buen a ra.gonés, Don Mariano Callén, pidió Misión para su parroquia. Pero nuestro Misionero se detuvo en la Antigua para predicar ocho días mañanci y tar– de a los presos de la cá rceL a súplica del . Ayuntamiento. El día 3 de abril se les dió la comunión. Dice el Cronicón que algunos de los presos, a pesar de ser públicamente conocidos por sus crímenes, lloraba n como unos niños. El día dieciocho se trasladó el Padre Esteban a Zara– goza con el Padre Matará, comenzando la predicación la misma tarde, con un concurso extraordinario, que cada día iba aumentando c~m gente llegada de Chilmaltenango, el Tejar, Yzapa, Tecpam, aunque eran pueblos muy distantes. Algunos días ·nuestro misionero tuvo que suspender los actos de contrición y dejar el crucifijo, porque el público le inte· rrumpió con sollozos y voces pidiendo confesión. Se terminÓ la misión el día tres de Mayo con mil seiscientas comu· niones. Desde esta fecha hasta el día uno de agosto continuó su labor apostólica por los pueblos de Patzizia, Mixco, Te– jar, Zumpailgo y Pastores. Fué una verdadera marcha triun· fal por lp región al norte de la Antigua: En cada uno se
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