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=2..:4::::6_______:E:.:I..:P_:adre Esteban de Ad-'o-'a--'in'------ --- El resultado fué mucho más halagüeño de lo que se podía esperar. Los de Don García salieron a recibir a los misioneros a dos leguas de distancia. En Santa Lucía se llenaba el es. pacioso templo todos los días desde las tres de la madru. gada. En Mixtán pasaron Jos misioneros por veinte arcos triunfales. Habían salido a un kilómetro del pueblo varios centenares de personas y les esperaban arrodilladas ante una imagen de Santa Ana que habían sacado en a ndas. Los de Gomera se distinguieron más por las demostraciones de compunción que por el entusiasmo externo. Sus lágrimas y sollozos conmovían a los mismos miSioneros. Magnífica conquista de los seis puntos estratégicos del Departamento. · La fatiga, la sed y el calor sufridos en el \ ecorrido de cuarenta y una leguas se daban por muy bien empleados. Dejemos por un _momento la palabra al Padre Lorenzo de Mataró, copiando un párrafo de una de sus cartas, que tenemos a la vista. Carta a su familia, de 28 de febrero de 1857. «La primera población en que hemos dado misiones, se llama Escuintla. «Caminábamos a pie. Mis compañeros son el Padre Llisá y un capuchino navarro llamado Padre Esteban de Adoain,. que era el mejor misionero que tenía el Padre Cla· ret en Cuba. En treinta días que duró la misión, pasaron de ochocientos los que legitimaron su unión con el Sacramento del Matrimonio. Todo el santo día pasábamos en la iglesia; y nunca podíamos concluir con los penitentes. Todo el día quemaban · incienso delante del estandarte de la Divina Pastora. »De noche salimos de Escuintla para García-Mixtán con cabalgadura, acompañados de algunos caballeros; pero la población se alborotó y creíamos q"\le no nos dejarían mon· tar a caballo. No pudimos persuadir a aquella buena gente· que se quedase: tuvimos que permitirles que nos acampa· ñasen hasta una legua de lejos. »Dando una misión en un pueblo cercano a un volcán de los muchos que hay en el país, hizo una erupción que duró tres días, ¡qué imponente era aquello! A la noche se veía la cúspide del monte encendida y vomitando continua-
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