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El Misionero se traslada a Centro-América 243 que ].os religiosos del convento de la Antigua consideraron el a dvenimiento del Padre Adoain como una gran adquisi– ción, como un don de la Divina Providencia. No se equivocaron. Durante tres lustros el Padre·Adoain fué en la república de Guatemala y en el Estado del Sal– vador la figura de más relieve, el personaje de actualidad. Los Obispos, los Gobernadores, los militares, los Ministros, los Presidentes de ambas ·Repúblicas estuvieron en contacto con él. Todos los pueblos lo conocieron. En todas partes pro– nunciábase su nombre. De la república de Honduras em– prendíanse peregrinaciones para oirle. Los revolucionarios abandonaron más de una v~z las armas en su presencia.