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El Misionerq se traslada a Centro-América 1 241 ---------~~~~~~~~~~~~~~~~~~-------~~ déspota ilustrado»; y Rafael Carrera •indio de pura sangre, conservador, clerical». Morazán era de Honduras;_Carrera, de Guatemala. Aquel se constituyó presidente de la Fede– ración Centro-Américana. Viendo Carrera cómo se iba cum– pliendo el programa de Morazán cometiendo graves des– aciertos y crueldades, incluso la expulsión del Arzobispo de Guatemala y de las Ordenes Religiosas, alzase en armas y al frente de un ejército de seis mil hombres casi todos indios, entró en la capital de Guatemala al grito de viva la Religión y mueran los extranjeros, mientras Morazán, abandonado por sus partidarios, se daba a la fuga. (l) El «heroe simbólico de la reacciÓn» alcanzó la presiden– cia en 1854 y la conservó hasta su muerte acaecida en 1865, teniendo 51 años de edad. Don Rafael Carrera es juzgado de diverso modo por los Historiadores. Unos_lo califican de buen administrador, va– leroso, pero cruel. (2) Ot~os le elogian consignando que al entra r triunfante en la ciudad de Guatemala, llamó a las Ordenes Religiosas expulsadas por Morazán, incluso a los Jesuitas ausentes de Guatemala hacía ya un siglo; y añaden que en su tiempo alcanzó la nación importantes progresos en todos los ramos. (3) Nadie podrá negarle valor; había recibido ocho heridas y llevaba en el cuerpo tres balas. (4) La pericia y habilidad le sirvieron para organizar· su ejér– cito de indios y para mantenerse en el poder. Los que le llaman cruel quizá confunden la crueldad con la energía necesaria en aquella época de revoluciones continuas, en que sus rivales ponían en práctica procedimientos más ar- bitrarios. · Lo cierto es que el presidente Carrera anhelaba la mo– ralización del país y puso su esperanza en los Capuchinos. (1) Historia de América, Carlos Pereira, cuyas palabras tex– tuales hemos señalado con comillas. Tomo V, pág. 331-39. (2) ·Historia del Mundo .en la Edad Moderna. Dir ector !barra Rodríguez. T. XXIII, p. 786. (3) Historia de España y de las Repúblicas Latino-Ameri– tanas. Alfredo Opisso, Tomo XXIV, pág. 11. (4) Carlos Pereira, obra citada. Este escritor, aunque deja traslucir el afán de sazonar su página con sabor irónicó, consigna (jUe las ti-opas de Carrera, al entrar en Guatemala, se dirigieron a la Catedral donde se cantó un Te Deum. 16

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