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El Misionero se traslada a Centro-América 237 ----- 5 . el Jugar no e:ra apetecible, el superior del convento no 1 ntribuía á hacer grata la estancia de los pobres frailes. cO El Padre Franr.isco de Bossost que, por ser el primero de ]os que llegaron de Cataluña, fué el primer Guardián, era un enfermo mental, según frase del señor Arzobispo de Guatemala. El Padre Lorenzo de Mataré, que le sucedió en el cargo, al informar al Rm 0 • Padre José de Llerena. Procurador Ge– neral de los Capuchinos españoles, le escribió: •El Padre Jjossost abusó de su autoridad; y el Padre Valls no pudiendo aguantar su despotismo, se comunicó con el señor Arzobis– po. quien le colocó en una buena parroquia. Los jóvenes buscaron su conveniencia: vistieron el Hábito en dos con– ventos de la capital; dos Hermanos legos se marcharon; y ¡ 05 tres que quedaron, por tres veces determinaron marchar y en todas tres enfermó alguno. Nosotros llegamos de Ca– taluña a este convento con la mayor felicidad, en ocasión. en que los Hermanos no querían sufrir más a su Guardián. A Jos pocos días de nuestra llegada, sólo quedamos tres; y a Jos tres meses, no pudiendo aguantar nosotros el despo- . tismo del Padre Guardián, siempre regido de su capricho, determinamos marcharnos. Pero llegó el Padre Esteban de Adoain quién todo Jo animó, y salimos tres Padres a · dar misiones por todos los alrededores ... » (]) No fué poco mérito el del Padre Adoain sufrir a seme– jante hombre, sin formular una queja, ni exteriorizar disgus– to. Mientras vivía en el convento, su vida era trato con Dios Y pénitencia. El Padre Santiago de Guatemala declaró con juramento: ·Me consta, por haberlo visto, que el Padre Adoain se trasladaba al coro antes de la Comunidad a me– dia noche; y continuaba en el coro después del canto de Maitines. Por la mañana le encontrábamos en el coro ·antes de la hora señalada para la oración: En todas estas ocasio– n_es permanecía de rodillas y nunca sentado. Fué delicadí– suno no sólo en el cumplimiento de los preceptos, sino en lo más leve de la Regla y Constituciones, practicando' las ~nitencias de la Orden, sin usar nunca las dispensas pro– Pias de los días de. predicación. •Hablabla siempre de cosas espirituales. Y cuando re- -- y· (1) Carta al Rmo. P. Llerena, 30 octubre 1861. Archivo del Ice-Postulador, Carpeta VI.

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