BCCAP000000000000130ELEC

CAPITULO I INFANClA Y ADOLESCENCIA DEL SIERVO DE DIOS PANORAMA DE ADOAIN.- INFANCIA DEL PADRE ESTEBAN.- CARACTER DE SUS PADRES Y DE SU PUEBLO.- UN PECADO Y UNA ESCENA REGOCIJANTE.– UN PASTOR MENOS Y UN ESTUDIANTE MAS. -.:;' N el noreste de la Provincia de Navarra, a pocos ki– L lómetros de Javier, cuna del Apóstol de las Indias, y a unos treinta de Pamplona, se oculta una diminuta aldea, llamada Adoain. Escondida entre las estribaciones del Pirineo, cobijada por la agreste y salvaje sierra de Aldashur, diríase que rehusa asomarse a la llanura, cual pudorosa doncella que se sonrojaría al verse objeto de las miradas del público. La aldea de Adoain, que consta de solos trece edificios, no ha tenido glorias guerreras, ni literarias, ni políticas. Y se jacta de ello. Su nombre no fué cantado por Horneros ni Dantes, pero ha sido pronunciado con respeto por millones de labios en el viejo y en el nuevo mundo. Aquel rinconcito de la montaña de Navarra es poco menos que inaccesible. Para llegar a él por la parte sur, hay que tomar desde Irurozqui caminos de herradura suma– mente tortuosos, subiendo y bajando pendientes, por donde resbalan las cabalgaduras con peligro de los jinetes. Por el este, dejando la carretera de Roncal y dando espalda a la sierra de Leire, en cuya parte oriental se halla Javier, se pasan sendas estrechas muy agrestes, sólo conocidas de los habitantes de la comarca. Al norte confina con Izal, pueblo del valle de Salazar, separado de Adoain por una altura, que se ha de salvar ganando dos pasos difíciles denomi– nados .Ateas», que son dos rocas cortadas a sierra, en las

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz