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Prodigiosas actividades del Padre Adoain en Cuba 209 - parecido al de Santa Cruz. Una turba de negros no sólo rehusaba asistir a la Misión, sino que el primer domingo que se hallaban allí los dos Misioneros, armaron una al– gazara formidable muy cerca de la iglesia, entregados a ¡;U clasico baile denominc;rdo de tumba. En previsión de ello, el P. Esteban había suplicado al Comandante Gober– nador que· cuidara del orden y que mandase cerrar los es– tablecimier.tos públicos durante los actos de la Misión. El comand~nte D. Francisco Moreno lo prometió. Pero no cum– plió su palabra. Llegado el segundo domingo, ocurrió lo propio, estorbando los negros la atención de los fieles. El P. Esteban se levantó del asiento que ocupaba en el presbiterio, llamó al P. Galdácano que hacía la expli– cación doctrinal, y le dijo: «Baje del púlpito y retirémo– nos. En otra parte podremos hacer fruto.» No bien el P. Gal– dácano descendió del púlpito, el público prorrumpió en llanto y en ayes lastimeros, pidiendo que continuase la Mi– sión. La Misión continuó. El Comandante cuidó en lo su– cesivo de cumplir la palabra dada a los Misioneros. Como el P. Adoain había sido tan perseguido, atribuyéndosele co– accicnes, no se atrevió a urgir el cumplimiento de la Ley de Dios a aquellos hombres que .sin ley gozaban más de la vida. Sólo acudieron a legitimar su matrimonio cuarenta y cuatro personas. En Aserradero se deslizó normalmente la Misión. Bau– tizó quince adultos. Y el día 23 del mismo mayo, regresa– ron a Santiago por orden del Arzobispo, a quien el P. Es– teban debía acompañar en la segunda salida a Visita Pas– toral, que realizó en Gibara y Holguín. En el primer punto, dice el P. Esteban, se confesaron hasta los comerciantes. El día 4 de julio comenzó una serie de Misiones que no interrumpió en tres años, salvo una temporada que es– tuvo enfermo con ;liebres. En Auras predicó desde el 4 de julio hasta el 22. Era una población de cuatro mil cua– renta y tres habitantes. El P. Esteban se vió solo. Pero lla– mó en su auxilio al Capellán del Regimiento de la Corona, D. Manuel Unamunsaga, que llegó el día 10; y el 19 lle– garon los señores Subirana y Coca. -- allí a Cuba en 1853. Finalmente se fué a Madrid con el Ilustrísimo ~adre Claret, quien le hizo Rector del Colegio de El Escorull y atedrático de Teología. 14
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