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208 El Padre Esteban de Adoain tuales tareas. El comandante D. Juan Caudán salió con to. do3 los hombres del pueblo a recibirles, y · a son de trorn. petas entraron &n la villa; las calles estaban iluminadas. Un piquete de soldados acompañó al Prelado y sus Mi. sioneros con antorchas encendidas hasta la iglesia. Y vuelta a Santiago de Cuba. Este viaje · de regreso de veintiocho leguas es curioso. Nos lo referirá D. Francisco Aguilar: «Otra vez, viniendo de Mayarí a Santiago de Cuba, llevaban en un cacharro u oíla de barro un potaje de garbanzos y patatas con ba. calao, que los últimos patronos les habían compuesto y precisado a llevar, en la previsión de que no hallarían comida en el camino, como así sucedió. ,cuando el hambre comenzó a hacerse molesta, pa. róse la religiosa comitiva . en me'dio del desierto; encen– dióse lumbre para calentar el potaje, dispersáronse en bus– ca de leña seca con que alimentar el fuego todos los que allí estaban, incluso el Arzobispo. Pero ¡oh fatalidad! a lo mejor de la función el cacharro se rompió, derramándose por el suelo y sobre la lumbre los garbanzos, patatas y bacalao, que hubieron de recoger con una yagua u hoja, y con otra se los comieron, porque no tenían cucharas,·ni tenedores. De vino, café y regalados licores, les sirvió el agua de un cercano arroyo.>> {Ibid.) Veamos como se expresa el P. Esjeban: «El día 21 de marzo splimos de Mayarí a las cinco de la mañana; des– cansamos un poco en el Arroyo del Rey y llegamos a pa– sar la ncche a Capitán de España, perteneciente a la pa· rroquía de Morón, a dieciocho leguas de Mayarí. El 22 sa· limos a las tres de la madrugada y llegamos a Cuba a las ocho y medía de la mañana» (1). No puede ser más sobria la narración del P. Esteban, que parece trataba de ocul· tar sus sufrimientos y privaciones. No descansó mucho tiempo en Santiago el Misionero. Pronto salió a Misiones con el· P. Antonio de Galdácano. Capuchino, predicando en la villa de Cobre desde el 24 de abril hasta el 12 mayo (2). Allí ocurrió un incidente muY (1) C. II, p. 71. ( 2) El P. Antonio de Galdácano, exclaustrado. en Espafia en 1835, se trasladó a Venezuela en mayo de 1842 con la numerosa expedición. Más tarde pasó a Estados Unidos y Puerto Rico. De

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