BCCAP000000000000130ELEC
Prodigiosas actividades del Padre Adoain en Cuba 205 De San Vicente a Manzanillo había veintiocho leguas. Era para pensarlo. Nuestro P. Esteban . no vaciló un mo– mento. El día 4 púsose en camino. Y no anduvo remiso en la marcha. El S ya estaba en Manzanillo recorriendo las viviendas de los . atacados por la peste, sin temor al con– tagio. ¡Y a este hombre de Dios. se le perseguía tan sa– ñudamente! Aunque la labor de asistencia a enfermos era incesante de día y de noche, el P. Esteban comenzó el día 6 una Misión, que dedicó a la Divina Pastora, para impla- . rar su protección sobre la villa. El fervor y concurso fueron extraordinarios. Ei día 20. del mismo enero corrió· a Blanquizal, donde estuvo hasta el 30, siendo el consuelo del vecindario, que gemía bajo el terrible azote de la peste. Predicó los diez días en un pobre trapiche, propiedad de un señor catalán, llamado D. Bartolomé Masó. Aquellas gentes, que jamás habían sido visitadas por un sacerdote, no sabían qué ha– cerse al ver el cariño con que el Siervo de Dios les· aten– día en circunstancias de tan grave angustia. Una hermosa cruz erigida en el campo, el día 30, les recordaría durante muchos años el fervor de aquellos días de Misión y de .con– suelos espirituales, en medio del luto causado por el cólera. El mismo día 30 pasó a Y aribacoa. Halló · a la gente aterrada y como fuera de sí, a causa· de la furia de la pes– te. Casi todas las familias estaban de luto. Numerosos ni– ños huérfanos no sabían dónde refugiarse, errantes, ham– brientos, con las mejillas bañadas de lágrimas. El P. Es– teban fué recibido como un enviado del cielo. Compade– cido de tanta miseria, con el corazón lleno de dolor por el luto universaL el primer día que habló al público, hizo , una declaración solemne, atrevida; era una promesa, o más ~ien una profecía. Impulsado por una fuerza interior que el no pudo resistir, exclamó con acento de profunda com– pasión, pero con .firmeza y claridad: «Si vosotros procuráis aplacar la cólera divina con vuestra penitencia, confesán– d.oos bien de vuestros pecados y haciendÓ sincero propó– Bl!o de no ofender más a Dios, yo os prometo de su parte que no habrá una víctima más de 1a peste que os aflige.» P.rorrumpió el público en sollozos y en voces: ¡Padre Mi: ~~enero! ¡Confesión! ¡Queremos confesarnos ahora mismo! 1 adre! ¡Queremos ser buenos!. .. Y así clamaban los mis– lilas que, unos meses antes, al dar Misiones unos sacer-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz