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En que se da fin al tema del anterior 203 - ue será un antídoto a la calumnia, así como es un justo ~omenaje a su virtud y celo evantjélico... » Tan acabada defensa remitida por el Arzobispo causó honda impresión en el Capitán General, que no tomó re– solución alguna contra el P. Adoain, ni contra el Arzobispo. Según afirma uno de los biógrafos del Excmo. P. Cla– ret. éste había enviado a La Habana otro informe-defensa. Efectivamente, el santo Prelado hubo de defenderse a sí misl!lO ante el Capitán General y ante S. M. la Reina, de ]as acusaciones de la Audiencia de Puerto Príncipe, la cual hizo uso del Recurso de Fuerza contra la sentencia de ex– comunión lanzada por .el Arzobispo y recaída nominatim sobre Agustín Villarodona, comerciante de El ZarzaL y con– tra otros obstinados, como dijimos en otro capítulo. Pero el proceso gubernativo instruído contra el Padre Adoc:in con la más aviesa intención, no sirvió sino para poner. en claro dos cosas: la virtud extraordinaria del Mi– sionero y la lascivia y mala intención de sus perseguido– res. El P. Adoain escribía a un hermano suyo en 16 de abril de 1854: ·Gozamos de grande paz, y esperamos que será duradera. Es verdad que alguna vez el infierno le– vanta su grito contra las Misiones; pero hasta la fecha la Divina Pastora le ha quebrantado la cabeza y le ha dejado sin resuello.•

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