BCCAP000000000000130ELEC

200 El Padre Esteban de Adoain por la Audiencia· de Puerto. Príncipe, se tomó tiempo para resolver el asunto, que le pareció grave y delicado. Más prudente que los perseguidores del P. Adoain, se limitó a envi)lr un oficio al Arzobispo, con fecha 24 de enero de 1853, comunicándole su desagradable impresión y rogándole le informara minuciosamente. «Apmece del expediente que tengo a la vista, instruido en la Real Audiencia de Puerto Príncipe, dice textualmente el comunicado, que el Misionero Fr. Esteban ·de Adoain ha empleado en Cauto el Embarcadero, jurisdicción de Baya. mo, medios de coacción en apremio de la celebración de matrimonios entre persono,s que juzga amancebadas y que los ha realizado entre las diversas castas, no sólo sin el asenso de los mayores, sino contra su expresa oposición; que ha cometido el abuso de librar órdenes a los cabos de ronda, unas veces eÓn la firma de su nombre, y otras con el dictado de El Capuchino, con que es generalmente conocido; que ta nto en privado, como desde ef púlpito, ha inculcado doctrinas de igualdad entre la clase blanca y la raza de color, provocando así un daño inmenso al orden y tranquilidad de la Isla; que ha abusado del Sacramento de la Penitencia, exigiendo la revelación del cómplice en· los pecados de incontinencia; y que en su lenguaje en el púlpito, ha usado de expresiones impropias ofensivas al pu· dor; anatematizando en términos generales y sin tener para nada en cuenta lo que los reglamentos civiles prescriben, a los dueños de esclavos, que en cualquier circunstancia los ocupan en día de fiesta. (Aquí cita algunos casos de supuesta coacción atribuidos al P. Esteban en orden a ma– trimonio.; de amancebados.) »Finalmente tengo noticias de que en Santa Cruz, don– de también ejerció el mismo Capuchino la Misión, promovió lamentables escenas, arrancando la imagen del Redentor y de la Pastora del templo, y trasladándose· a su aloja· miento, p0seído de una excitación febriL que ridiculizaba su alto ministerio de paz. »Espero pues, que V. E. I. toma ndo los antecedentes ne– cesarios, me informará cuanto se le ofrezca y parezca, a la brevedad posible, sobre los particulares que dejo indicados y que sin perjuicio adoptará las medidas convenientes para impedir estos excesos, en el concepto de que el Capuchino Adoain ha sido acremente censurado por este Obispo, a

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz