BCCAP000000000000130ELEC

En que se do fin al temo del anterior ----------~~~~~~~~~~~~----- 199 El público de Bayamo en masa rogó al P. Esteban que se quedase en la ciudad hasta después de las Pascuas de Navidad; se lo suplicó _también el Sr. Vicario Mayor. . Mas nuestro Misionero, que jamás se detenía e~ cada pueblo sinO los días necesarios para llevarlo a Dios, se marchó el día 17 a Cauto el Santo Cristo, de la jurisdicción de Hol– guín. Llegado allí. observó que no era punto céntrico para las aldeas que deseaba evangelizar y se trasladó al otro lado del río Cauto, y estableció Misión en Paso Viejo, es– cogiendo como punto céntrico la haciendq de Santa Bár– bara, a donde podían acudir con relativa facilidad las gen– tes de Babinei, Guaimuro, Paimarito, Corralito y del mismo Cauto. Inspeccionó los locales para ver cuál era el más am– plio y el más decoroso. Y hubo de escoger una cocina. ¡Una cocina convertida en templo para predicar, celebrar la Santa Misa y oir confesiones! Allí pasó los días de Na– vidad nueEfro sufrido Misionero entre negros, mulatos y criollos, sin más afán que salvar las almas de aquellos seres considerados muchos de ellos como de inferior es– pecie por los comerciantes desaprensivos. Con la Misión de Paso Viejo terminó nuestro P. Esteban su labor del año 1852. Trabajó con el optimismo del que vive en el mejor de los mundos. Durante este año recorrió cuatrocientas sesenta y ocho leguas. Organizó tres mil cuatrocientos treinta y tres hogares según las leyes de lcr Iglesia. Predicó 22 Misiones, y como a cada uha acudían los habitantes de varias aldeas, a veces hasta de diez pue– blos, son por lo menos ochenta pueblos los que oyeron en 1852 la fervorosa predicación de nuestro egregio Misionero. Erigió en los campos 22 grandes cruces de seis, nueve o diez varas, como recuerdo de las Misiones. No es extraño que sus auxiliares cayeran rendidos de cansancio. Este año hubo de cambiar cuatro veces de com– pañero. Al Sr. Curríus sustituyó D. Lorenzo Sanmartí. Este ~é sustituído por D.. Manuel Subirana. Suplióle. a éste D. Fe– lipe Rovira. Y volvió a ser auxiliar del P. Esteban nueva– mente D. Manuel. Entre tanto, ¿qué sesgo había tomado la persecución contra el Misionero? El Capitán General Sr. Cañedo, metido en la danza

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz