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Exitos de su apostolado e_n_C_u_b_a_·______ 1.:..7.:...7 p.rriba, Cobagán, Guayabal, Guacumal, Canabacoa y Pun– ta de Cana. En total, cinco mil almas. Gentes ignorantes, embrutecidas, que no conocían el matrimonio canónico, ni creían que las leyes de la moralidad eran para ellos. Sin embargo, el P. Adoain ganó las simpatías de to– dos los pueblos. que se mostraron bien dispuestos a obe– decerle (!). Criollos, pardos y negros asistían con gusto· a sus ser– mones, sin asustarse por las lluvias copiosas que aquellos días inundaron los campos. Solamente en Zarzal se notó los primeros ·días alguna indiferencia y retraimiento, ex– cepción debida a las propagandas que contra el Misionero hicieron algunos elementos rebeldes. Toda aquella. región quedó limpia de divorcies, de relaciones ilícitas, de unio– nes escandalosas, constituyéndose ochocientos sesenta ho– gares católicos. Había recorrido cincuenta y ocho leguas. Entre tanto, en la ciudad de Bayamo, ocurrían graves disgustos, que fueron origen de una persecución feroz sus– citada contra el santo Arzobispo y después contra el Padre Adoain. Veamos cómo refiere los sucesos el mismo P. Adoain, testigo que fué de los · mismos desde el día 1O de agosto que entró en Bayamo. «Es verdad que había una gran prevención contra el Prelado desde que estaba en Manzanillo. Hasta personas sensatas y virtuosas estaban metidas en el complot. Pero todo por -las ma las lenguas de misioneros del diablo. »Tan pronto como Jlegó a Bayamo S. E. Iltma. pidió una lista de los amancebados al Teniente Gobernador Don Toribio Gómez Rojo, quien se la presentó. Pero vien\fo que no era más que una burla lo que los Capitanes pedáneos le presentaban, pasó un comunicado su Señoría Ilustrísima a dicho Sr. Teniente, diciéndole que si no cumplía exac– tamente sus determinaciones, se vería en la precisión de Usar de sus espirituales armas, excomulgando a los rebel– des. »Desde este momento todo cambió de aspecto. El señor . (1) En Yara vivía y debió oír la predicación de nuestro mi– Sionero ~¡ famoso Carlos Manuel Céspedes, que poco más tarde (1868) levantó bandera de r ebelión contra España, comenzando una. guerra que duró diez .años. 11